Capítulo 3

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Ginger Collins:

Recuerden esto...

Siempre

¡Siempre!

SIEMPRE

Pregunten quien es la persona que va a ser tu Jefe o Jefa.

Resulta que Carlos había pasado por mí para traerme a la entrevista de trabajo de su tía. Bueno a mí no se me ocurrió preguntar el nombre de la tía de Carlos.

¡Ojalá lo hubiera echo!

Resulta que termine en la casa de los Sanders con trabajo, una paga que duplica lo que pago en la universidad y un par de mellizos tremendos, son el mero satanás ambos niños. O eso dice su mamá, que la mamá haya dicho eso no es una buena señal.

Flashback.

Llegamos a una casa, que diría casa una mansión enorme, con detalles muy bien elaborados y un jardín impecable. Bueno para ser tía de Carlos la señora tenía demasiado dinero, ¿Cómo sería posible que no haya podido encontrar una niñera de altura?

Carlos no había parado de hablar de lo maravillosa que es su tía, él estaba seguro que yo era la candidata perfecta para ser niñera de sus primos menores. Comentó que había un chico más grande, pero que no necesita que lo cuide. Pensé que seguramente era un chico de diecisiete o dieciocho años, de esos que no ocupan de cuidado.

Al bajar del auto, ambos esperamos que la gran puerta de mármol se abriera. Estaba muy nerviosa, realmente no sé si podré llevar está situación.

Oh Dios...

Esto no es cierto...

No lo es...

La guapa mujer rubia, no era cualquier mujer, era nada más y nada menos que la esposa de Edward Sanders, eso quiere decir que es la casa de Ángelo, o quizás ni viva aquí. Pero eso no quita que pueda verlo en cualquier momento, Carlos saluda alegremente a su tía, luego me presenta.

—¡Oh eres la chica del parque! —Exclama sorprendida, pero con un toque de ¿emoción? No lo sé.

—Un placer volver a verla señora Sanders —Balbuceo, el nerviosismo está en mi sistema.

Nos invita a pasar, también nos ofrece algo de beber o comer, a lo que yo niego agradeciéndole, sin embargo Carlos acepta gustoso y se va a la cocina, mi amigo es feliz comiendo, la señora Sanders me indica que la siga al despacho de su esposo que ahí me hará la entrevista. La sigo en silencio, observando lo lujosa que es la casa, por dentro es más hermosa que por fuera.

Ella toma un porte serio cuando toma asiento en una silla de cuero, mientras me hace una seña para que me siente frente a ella. Relajo mi cuerpo aunque sea un poco y también optó por una imagen más profesional.

—Bueno me comentó Carlos que necesitabas trabajar en un lugar donde te permitan llevar a tu hermana cuando no te la puedan cuidar ¿Es eso correcto? —Afirme moviendo mi cabeza, por lo menos sabe mi situación y no debo explicarle —, aquí puedes traer a tu hermana cuando quieras, solo te haré un par de preguntas —Definitivamente está mujer es oro.

—Eso sería increíble, señora Sanders —Mencione.

—Dime Jules, me hace sentir vieja que me llames señora —Bromea, por lo menos tiene sentido del humor y no es una de esas jefas que pasan amargadas —, bueno Ginger yo quiero que trabajes para mí, cuidando de mis hijos menores. Te pagaré mil dólares cada quince días, una habitación será habilitada en esta casa para tí y tu hermana, tendrás libre sábado y domingo, se te permitirá ir a la universidad los días que te correspondan —Mi mandíbula casi pega al suelo.

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⏰ Última actualización: Oct 07 ⏰

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