Capítulo 10

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Jungkook POV

Dos horas más tarde aún seguía trabajando delante del ordenador, había leído un par de informes y enviado varios mensajes de correo electrónico. En otras circunstancias, ese trabajo me habría costado media hora, pero no estaba mal, teniendo en cuenta que había pasado más de la mitad del tiempo intentando no pensar en Jimin.

—He pensado que voy a dar un paseo por la isla.

Gire mi cara para ver a Jimin, el ambiente se cargó de tensión antes de que ambos retiráramos la mirada, Jimin se sirvió un vaso de agua y se apoyó en la encimera que dividía la habitación para bebérselo.

—¿Vas a seguir trabajando o te apetece venir?

Cruce las manos tras mi cabeza. —Un paseo suena bien. Así estiraré un poco las piernas.

—Estupendo— Jimin termino el vaso de agua—iré por mi sombrero.

Era por la tarde pero seguía haciendo mucho calor, caminábamos descalzos por la arena. Jimin se había dejado la camisa abierta y se había cubierto la cabeza con un sombrero de paja. Yo vestía un pantalón corto y camisa de manga corta.

Al principio caminamos en silencio y para mi sorpresa resulto agradable. Llego un momento en el que la vegetación se hacía más densa y tuvimos que caminar por el agua, me detuve mirando hacia el mar

—¡Mira!

—¿Qué es?— Jimin miró hacia donde señalaba. —¡Delfines!

Permanecimos en silencio, observando como un grupo de delfines saltaba en el agua. Para Jimin fue un momento extraordinario, era como si nunca hubiese estado completamente vivo hasta ese momento y lo observaba todo con gran intensidad.

—¿Es impresionante verdad?— susurre.

Jimin asintió. —Tengo un nudo en la garganta al ver tanta belleza.

Al cabo de un rato los delfines se fueron, permanecimos mirando unos minutos por si regresaban, después continuamos el paseo.

—Siento que Jennie no esté aquí contigo— dijo el— pero me alegro de haber venido. Nunca olvidare esto, ni la excursión al arrecife de esta mañana.

Mire su rostro, pero no pude ver su expresión debajo del sombrero. —Yo también me alegro que hayas venido— dije, escuchando como Jimin respiraba hondo.

—¿Cómo te sientes? De verdad.

—¿Por lo de Jennie? Estoy bien— añadí cuando el asintió. — Y si, es verdad...— mire hacia el horizonte —...Quizá debería pensar más en ella—dije despacio— Después de todo, quería casarme con ella. Debería echarla de menos, pero no es así. Nunca habíamos pasado mucho tiempo juntos, así que puede que sea por eso que no estoy acostumbrado a tenerla a mi lado.

Quedamos en silenció, pensé en Jennie ¿Cómo habría sido si Jennie hubiera estado aquí? De algún modo era difícil de imaginarlo con Jimin a mi lado.

—Creo que echo de menos más la idea de estar con Jennie que a ella, siempre había imaginado que me casaría con una persona así. Guapa, inteligente, glamorosa y con éxito profesional...—me aclare la garganta— Bueno, tú la conociste, sabes lo especial que era. Ya estaba cansado de tener parejas que todo el tiempo necesitaban mi atención. Que las llamara constantemente, que les recordara mis sentimientos— me estremecí al recordarlo. — Debían de pensar que podría dejar el trabajo en cualquier momento para llevarlas a cenar, o a pasear el fin de semana en Paris. Y si surgían problemas con mi trabajo, se enfurruñaban— me encogí de hombros. — No podía soportar ese tipo de cosas—añadí— Jennie era diferente— recordé al cabo de un momento.— No dependía de mi emocionalmente y no pretendía que hiciera ese tipo de cosas. Nos comprendíamos el uno al otro, o al menos eso pensaba yo, por ejemplo, no tenía ni idea de lo que Kai significaba para ella. Cuando me dijo que solo era un amigo, ni lo dude. Creía que ella seria la esposa perfecta, supongo que en realidad no era a ella a quien quería, sino que lo que me gustaba era la idea de llegar a casa y que hubiera alguien. Alguien que me hiciera sentir bien, que organizara los eventos de trabajo y que no se enfadara por la cantidad de tiempo que pasó en la oficina.

Mi jefe y yo de luna de mielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora