𝗭IG 𝗭AG | JIKOOK

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─── Los días pasaban, cuando estaba con Gguk perdía la noción del tiempo, solo me centraba en sus bellos y tiernos ojos, ojos tan bondadosos que te repartían amor con solo mirarlos. Él era todo para mí, era mi apoyo, mi brazo firme y fiel.

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─── Como lo mencioné, siquiera recordaba la hora cuando estaba junto a él. El más claro ejemplo... hoy cumplimos un año y seis meses, siquiera lo podía imaginar. ¿Tanto había pasado? Después que terminaran las clases, habíamos planeado ir a divertirnos al mismo parque donde inició todo.

Solía ser de cosas simples donde podía expresar mi amor y es por eso que decidí hacer una pequeña caja llena de varias cartas escritas a mano donde expresaba todo mi amor hacia él. Estaba tan enamorado que con solo pensar en su dulce voz, maravillosas palabras surgían en mi mente. Gguk me había prometido leer todas las doce cartas cuando estuviera en su casa.

─── Prometelo ─── Pedí.

─── Lo prometo, amor ─── Rió mientras tocaba mi cabeza suavemente ─── Ahora es tu turno, tienes que abrir mi regalo.

Buscó en el bolsillo de su chaqueta dicho regalo, sacando de este una mini cajita de color dorado y decorada con un lazo de color blanco.

─── Creo que es muy poco para todo lo que te mereces ─── Me entregó la cajita, esperando a que la abriera.

Con mis dedos delicadamente solté el lazo consigo abriendo la caja con mucho cuidado. Mis ojos se abrieron como platos y mis pupilas estaban dilatadas por lo que contenía la caja.

─── Es... ¿Es un anillo? ─── Aún perplejo dije.

─── Sí, Jimin. Es un anillo, el anillo que simboliza nuestro gran amor por el otro ─── Esbozó una linda sonrisa al culminar esas bellas palabras.

Era un bonito anillo de oro, decorado con algunos brillos y por dentro nuestras iniciales "JM & JK".

─── Jungkook, creo que esto es mucho.

─── ¿Mucho? Solo acepta que te lo mereces, Mimi ─── Agarró el anillo, colocándolo en mi dedo anular ─── No creo que necesitemos un papel o la aprobación de alguien para confirmar nuestro amor, la madre luna puede ser testigo de cuánto nos amamos.

Miramos a la bella luna, casualmente luna llena.

─── Cuando te sientas solo, puedes tocar este anillo y sabrás que siempre estoy contigo ─── Acarició mi mano, para luego mostrarme su mano izquierda que también en su dedo anular tenía otro anillo que se complementaba con el mío. ─── Te amo tanto que desearía estar para siempre contigo, resguardarte en mis brazos y protegerte siempre.

Mis ojos se cristalizaron por dichas palabras, miré los bellos ojos de Gguk, que también brillaban por la emoción o más bien, el mar de emociones.

─── Amaría estar a tu lado por siempre, eres como mi fuerza cuando no la tengo, mi sonrisa en medio de la tristeza. Gguk, eres el cielo para mí.
─── sonreimos mirándonos a los ojos, éramos el cielo del otro.

─── Tú también eres mi cielo, Mimi.

Cerramos las nostálgicas palabras con un beso, mientras la madre luna nos admiraba. Seguramente estaba alegre por nuestro amor.

Minutos después dimos un paseo. Nuestras manos entrelazadas se proporcionaban calor, como siempre, nuestra tranquilidad hablaba por nosotros mismos.

Salí de mi trance cuando recibí una llamada, era mi mamá.

─── ¡Oh, sí! Ya llegaré, mamá, no te preocupes, ya sabes como son la salida de los jóvenes ─── Bromeé respondiendole, mientras recibía algunos regaños de parte de mi madre. Ni siquiera me había dado cuenta que eran las 9pm. ─── Cariño, me tengo que ir, mi mamá está preocupada esperándome ─── Le avisé.

─── Tranquilo, amor, pero me gustaría acompañarte a tu casa, ya es muy tarde.

─── No lo sé, Gguk ─── Dudé ─── Mi familia podría vernos y crearemos escándalos.

─── Puedes decirle que soy uno de los amigos con los que habías salido. ─── Propuso ─── No me quedo tranquilo sabiendo que te irás solo a tu casa a tan altas horas de las noches.

Después de tantas insistencia de Gguk - sí, solía ser persistente - accedí a su propuesta, después de todo dos son mejor que uno y sería lindo pasar más tiempo juntos.

─── Está bien ─── Acepté.

Comenzamos a encaminarnos hacia mi casa, haciendo pequeñas bromas y hablando sobre lo que había ocurrido. Cada día amaba más a este chico.

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─── Gracias, por dejarme acompañarte.

─── Gracias a ti, por tu disposición ─── Agradecí dándole un abrazo, casi dándome vueltas para dirigirme a mi casa.

─── ¿Cuál gracias? ¿Y mi beso? ─── Dijo bromeando.

Reí volteando mis ojos, para plantar un pequeño beso en su mejilla.

─── ¿De verdad? ─── Quejándose dijo, señalando con su dedo índice sus labios.

─── ¡Gguk! ─── Un puchero me hizo caer en la tentación, accediendo a su pedido. Sí, sus pucheros eran mi delirio. Me acerqué a él, esta vez besándonos correctamente.

─── Te amo ─── Dijimos en unísono.

─── Ten linda noche.

─── Escríbeme ─── Se despidió.

Comenzamos a caminar por direcciones distintas, aunque volteabamos de vez en cuando para ver al otro. Aunque Gguk no directamente me había dejado en mi casa, temía por si alguien nos podría ver. No le causaría ninguna gracia a mis padres.