Capitulo 0.

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Hayden Parker.
Me despierto indispuesta a hacer nada, como cada mañana. Al levantarme de la cama observo el reflejo en el espejo, una mata de pelo negro llega ya hasta la mitad de mi espalda, casi es capaz de cubrir cada cicatriz. Empiezo a elegir la ropa que llevaré hoy ya que tengo que ir al hospital a ver a mi madre.

Tras una media hora me decido por unos vaqueros azules y un jersey de lana negro corto, me maquillo enfocándome sobre todo en el morado de mi ojo y después me ato el pelo en un moño que se podría describir como  mal hecho ya que iba con prisa por salir, me calzo los primeros zapatos que encuentro y salgo como una bala de mi casa. No sin antes fijarme en mi padre y su vaso de ron que ya acostumbra a ser desayuno, también me fijo en su labio partido y sonrío para mi mientras bajo las escaleras.

Llego al bus casi por suerte y tras pasar la tarjeta, me siento en el asiento vacío al lado de la puerta, veo mi destino a lo lejos y solicito la parada para bajar y encaminarme hacía el hospital que tengo enfrente. Nada más pasar me cachean como es la costumbre aquí, me retiran el móvil y cualquier cosa que mi madre pueda usar en su contra, excepto las gafas ya que siempre digo que si no, no conseguiría orientarme.

-Puede pasar ya.-dice el agente que me cachea siempre.

-¿Puedo pedirle un favor?-pregunto dudosa mientras doy un paso hacía la puerta. Él asiente dudoso. -¿Me dejas la pistola? Ya vereis cuanto de los que están aquí pidiendo el alta diciendo que están bien, se matan en cuanto se la enseñe.- Antes de saber su respuesta yo ya salí de escena.

Nada más abrir la puerta la veo, me mira con amor y yo solo la sonrío cínicamente. Me acerco a ella como cada vez y la abrazo, después me encamino hacía su habitación.

-Hola mamá, veo que aún no acabas lo que empezaste.

-Hayden, mi amor, por favor sacame de aquí. Di que fuiste tu, di la verdad.- me provoca una carcajada más siniestra que graciosa.

-Aún no lo entendiste, vas a estar aquí hasta que no te quede sangre en el cuerpo, pronto estareis los 2, es una promesa de Parker.

-Papá te quiere, dejame a mi y ya.

-¿Y por que no esta aquí? Tu demostraste tu amor, él no.

-Hayden, ¿no te bastó con mi sangre?-pregunta llorando- no derrames la de tu padre también.

-Vosotros me hicisteis ser esto, ahora os toca verlo. Y disfrutarlo-digo sonriendola, pero creo que no le gustó porque su rostro solo demostró miedo.- Ahora, seguirás aquí, Kaia, te juro que no sales.- Añado y cojo su brazo tan rápido que no se da ni cuenta, rompo mis gafas y con ese cristal le corto el antebrazo profundamente, cuando veo la sangre sonrío feliz.-¡MAMÁ! NOOO, me dijeron que estabas bien-digo entre lagrimas cogiendo sus manos con fuerza. Al ver entrar a 4 enfermeros incremento mis sollozos y hasta empiezo a temblar.

-No fui yo, no fui yo-empieza a decir ella. Tarde, muy tarde, y más sabiendo que todo fue en un punto ciego de las cámaras. Los enfermeros me echan del lugar, pero yo cumplí mi objetivo, eso le dará fácil 4 meses más. Mientras salgo del lugar pienso en mi padre enterandose de que su pequeña y querida esposa seguirá dentro del hospital sin tener ella la culpa.

Decido ir a clase, realmente no me hace falta porque tengo una media de 9, pero aparezco por allí. No se a que clase voy, ni escucho que dicen, solo pinto hasta que suena el timbre de salida, arrugo el dibujo porque realmente no entiendo ni que pinté y voy hacía la salida pero una voz me para.

-Hayden. Me encanta tu dibujo, ¿puedo quedarmelo?-es un rubio que se sienta cerca.

-Vuelves a tocar algo mío y te quedas sin mano.

-Dejate de broma Hay.-ríe con nerviosismo. Patético. 

-Yo no digo bromas con gente que me cae mal- le arranco mi dibujo de las mano y salgo, no  sin antes añadir- AH, y al próximo "Hay" te corto la lengua.

 ***   ***

-Holaaa, hoy fui a clase. ¿No estás orgulloso de mi?- digo nada más abrir la puerta, puesto que se que ya se entero que la alemana seguirá ingresada.

-Hayden, que le hiciste a tu madre.- suena tan enfadado que me causa risa.

-Mamá volvió a hacerlo- digo casi llorando- me va a crear trauma.

-Hayden, sácala ya, hazlo por mi- suena tan a suplica que casi me enternece- la necesito.

-No puedo, ¿y si vuelve a hacerse daño? No podría vivir con eso.

-Hayden joder- estampa su mano en mi cara. Ya tardaba en enseñar esa parte. Gracias a el puedo trabajar en lo que trabajo ya que me quitó cualquier tipo de miedo a los golpes. Asique solo le sonrío.

-No me dolió, vuelve a probar.- Dicho esto estampa su puño en mi cara mientras yo solo me río, lo que le enfurece más. Al ver mi sangre en el suelo grito como nunca por ayuda, solo grito y lloro, al punto de sentir mis cuerdas vocales rotas. Al cabo de 5 minutos escuchamos sirenas y mi padre se separa rápidamente, mirandome con duda.

Escuchamos golpes en la puerta y va mi padre casi temblando hacía la puerta y al abrir, empieza a llorar como nunca antes vi. Claramente al ver mi sangre en el y todas mis marcas, lo arrestan. Pero me permiten despedirme de el.

-Le dije a la alemana que ambos estaríais encerrados.- El me mira captando porque hoy no me defendí, porque hoy grite por primera vez, y obviamente no le gusta.

Ángel Morgan

Estoy cansado de mi hermana, cree que puede salvar una relación completamente rota. Acaba de juntarme con mi padre solo para hacernos ver la familia que según ella somos. Obviamente salí de allí sin dar ninguna explicación.
Ahora solo espero en la parada del bus, no se exactamente donde iré, o más bien que haré. Por ahora mi plan es subir al primer bus que pase, bajar cuando me canse y después improvisar.
Casualmente pasa uno que para en el cementerio, asique cambio los planes y ya se donde bajaré. Nada más subir me asusta la cantidad de gente que esta agrupada en el interior, casi hasta pienso en bajar pero decido no hacerlo y sentarme en el final.
En la siguiente parada baja mucha de la gente que había lo que es un gran alivio para mi ansiedad, pero una chica parece no notar los sitios vacíos, me aparta las piernas y se sienta a mi lado.

-Hay sitios libres, pirate.

-No me apetece.

Y hay acaba cualquier tipo de conversación que hubiera sido eso, al rato ella solicita la parada y al bajar me da un papel con su número apuntado. Creo que por simple educación la escribiré aunque no me agrade mucho.

Llega mi parada asique me dirijo sin ninguna duda o prisa hacía el cementerio, una vez dentro solo sigo mis pies muy lentamente. Hasta llegar a su sepultura, se me parte el alma al verla, sigo llorando su ausencia.

-Te prometo que la cuido, aunque huya. La voy a cuidar siempre, jamás sabrá que paso, jamás sabrá porque estas aquí. Te juro que a ella la voy a salvar y no pasara lo mismo.- Se me humedecen los ojos excesivamente- Te sigo queriendo y lo haré siempre, estés donde estés.- me derrumbo sobre la tumba como cada vez que vengo pero considero imposible dejar de venir.

No se cuanto pasa pero debe ser bastante ya que está anocheciendo y el atardecer es realmente precioso, asique simplemente lo disfruto y al acabar me voy a mi casa. Decido no coger ningún autobús y solo camino cabizbajo hacía lo que se supone que es mi hogar casi deseando nunca llegar a él.

Bala de 8mmDonde viven las historias. Descúbrelo ahora