CAPITULO 1

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-Eres pésimo. -Le quitó la esponja de las manos. Marrick fruncía el ceño sin entenderla- Me estás dando sueño.

Se giró para quedar frente a frente, Marrick mantuvo la mirada fija, mirando solo su rostro, la desnudes no era un tabú para ella, no le importaba mostrar su cuerpo solo era algo externo sin importancia. Se dió cuenta de que Marrick es demasiado guapo, su belleza fría y tranquila le gustaba, sus rasgos masculinos entonaban su belleza, mandíbula firme y cuadrada, pómulos un poco pronunciados lo suficiente como para resaltar sus rasgos, ojos grises como el mercurio que brillaban, pestañas tupidas que le daban un rasgo oscuro a sus ojos lobunos, cejas rectas y perfectas, el cabello semi largo se sostenía de una coleta mal hecha.

Se veía mejor con el cabello corto, a pesar de ser un hombre adulto en su plena edad, realmente la naturaleza le bendecida, su apariencia joven sin mácula de signos de la edad.

Estiró la mano y le tomo un mechón, era suave y terso.

-Te has dejo crecer el cabello...

-No me había dado cuenta mi señora. -Marrick le respondía tranquilamente- ¿Desea que me lo corte?

-No importa. -le indico que se acercara y le tocó la mejilla cálida. Con una uña rasgo la tibia carne, la sangre broto y ella se acercó a lamerla- Se tú mismo conmigo, ahora ¿Que te gusta a ti?

-No tengo preferencias. -Lo vio encogerse de hombre, pero en ningún momento dejo de mirarla intensamente- soy un hombre de gustos sencillos.

-Ya ví. -No dudo en burlarse. Aceptar casarse con una mujer tan débil le decía mucho- ¿Alguna vez te has opuesto a las decisiones de tus dioses?

Marrick se levantaba, lo observó moverse en la pequeña estancia del baño, su ancha espalda se enmarcaba bajo aquella camisa de color negro, a pesar de su tonificado cuerpo aún le falta llegar a la madurez absoluta, delante de sus guerreros él era muy pequeño, necesitaba fortalecerlo lo suficiente como para llegar a dominar a los súbditos de ella. Él debía ser invencible, doblegar con una sola mirada, y para que Marrick fuera aquello Sigrid tenía que bendecirlo con una parte de ella misma, algo que solo daba a sus estrellas; pero, lo que le iba a dar a este lobo iba más allá de un simple poder.

-No, siempre he sabido que, aunque me niegue tendré que hacerlo. -Reconocía después de unos minutos de silencio- por lo que siempre me guío por los hechos, tomando la mejor decisión.

-¿Por eso aceptaste a la cachorra? -Pregunto.

-Si, hay una fuerza de voluntad que nadie ve, yueth es fuerte solo necesita quien le ayude a salir del caparazón en el que se oculta.

Soltó una carcajada, el movimiento de su cuerpo causo olas en el agua causando una ligera marea dentro de la bañera, divertida se levantó, su largo cabello se pegaba a la piel pálidas, levanto una pierna y salió de la bañera, no toco el suelo alfombrado, pequeñas gotas caían. Marrick se giraba una enorme toalla, su mirada jamás viajaba a otra parte que no fuera al rostro de ella.

-Es fuerte, pero aun así es débil. Su mente y espíritu son tan frágiles como el aleteo de un pájaro recién nacido. -Avanzo hacia el terco lobo- Si dejas que te hundan jamás saldrás, no a entendido que para sobrevivir en este mundo corrompido hay que corromperse y pisar el suelo.

Él se mantuvo en silencio, sus palabras eran ciertas y dolorosas.

-Es mejor usar la mente. -Sonrió mientras Marrick le secaba el cuerpo- Por cierto, Efesia estaría indignada si viera como haces esto.

-Ya lo ha hecho saber. -Marrick le regalaba una pequeña sonrisa- ha estado zumbando en mi mente un par de minutos.

Soltó una carcajada, se giró para que le secara la espalda.

MARRICKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora