TIEMPO

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Las manos arrugadas temblaron al tocar el cubierto provocando que se le cayera de las manos hasta el piso generando un ruido sordo. El hada suspiró, cansado. Del otro lado de la sala, la dragona en forma humana, dejó de prestar atención al libro que estaba leyendo. Y la estrella, que permanecía al lado de la dragona, hizo el ademán de levantarse para buscar el tenedor, pero la mirada intensa de la dragona lo detuvo.

Ambos observaron con atención como, con una gran lentitud, el hada se agachaba para recoger la pieza con manos temblorosas y, posteriormente, comenzaba a comer.

Ninguno de los dos dijo nada, esperando a que el feérico terminase de ingerir sus alimentos, pero el hada tardaba mucho y sus movimientos se volvían temblorosos. Rindiéndose, Zaephyr dejó la cuchara a un lado y lo único que atino a decir fue:

—Estoy viejo —no fue una pregunta sino un hecho, a juzgar por el tono de voz.

La respuesta de la estrella fue instantánea.

—Estas bueno.

El hada negó con la cabeza. —Ya ni siquiera puedo sostener bien una cuchara. Me duelen las rodillas y la espalda —mencionó quejumbroso, —mis manos tiemblan mucho.

La dragona dejó el libro en la pequeña mesa de madera y se acercó para darle un corto, pero no menos intenso, beso en los labios. A Vyxia siempre le había encantado el contacto físico, le provocaba espasmos de euforia que se notaban en su piel trigueña y la volvían reluciente de escamas traslucidas, pero esta vez no había sido así; era diferente porque la tristeza decoraba enteramente sus piscinas de cielo y las pupilas rasgadas se habían vuelto más filosas. —No nos importa.

Zaephyr suspiró y murmuró bajito—. Es que no quiero ser una carga.

Y con aquellas palabras fue como un bálsamo de agua fría para la estrella caída y el dragón. Porque era justo en aquellos momentos que ambas criaturas longevas se daban cuenta del paso del tiempo haciendo estragos en el cuerpo de Zaephyr. Un tiempo, notaron con preocupación, que no perdonaba nada en absoluto.

Al dúo no les importaba las canas blancas que cubrían el cabello del feérico o las arrugas en su cara. A Sika no le importaba que, en aquellos días que solían dar su matutino paseo, tuviera que caminar más lento para esperarlo. A Vyxia no le importaba que aquellas constantes salidas al cielo, dónde solía cargarlos a ambos en su lomo escamoso, se hayan detenido hace tiempo.

La estrella caída se acercó y estiró los brazos para envolverlos en el cuerpo del mayor. Era interesante como aquel comportamiento de la pequeña estrella no había cambiado a lo largo de las décadas, ni siquiera cuando los humanos lo torturaron. Sika siempre había sido un ente confianzudo, lleno de esperanza y optimismo.

—Estás tan hermoso como el primer día que te conocimos —murmuró Sika ocultando la cara en el cuello del mayor y sintiendo su aroma. La dragona se unió al abrazo, queriendo ser partícipe de las muestras de cariño de sus dos compañeros de vida. La dragona, de fuego indómito rozó, apenas con sus manos calientes, la fisura que la pequeña hada tenía en su ala. Ya no se movían, hace tiempo habían perdido el uso y ahora no parecían más que una extensión hecha para simple decoración y admiración, pero a la dragona siempre le habían fascinado aquellas alas; los colores que generaban a la luz del sol eran un espectáculo sacado del océano y el cielo.

Zaephyr no dijo nada, abrumado y querido por las palabras de la estrella, lo único que atino fue a sonreír y abrazarlos a ambos como si su vida fuera solo de ellos dos. Lo cual así era.

—Siempre vas a tener un pedazo de nosotros —murmuró Sika o Vyxia, tal vez fueron ambos, tal vez ninguno.

Y tiempo después, cuando el hada se fue y solo quedaron la estrella y el dragón, cuando dejaron de ser tres para ser dos; el cielo se tiño de zafiros con el llanto de la Dama de los Cielos y la oscuridad tiño la noche sin estrellas.

Siglos después, cuando quedó la estrella sin el hada y el dragón, el mundo sucumbió a la locura. 

¡Hola! *Aparece después de decir que está llena de exámenes* ¿cómo están? Hoy procedo a mostrarles esta pequeña joyita que tenía hace tiempo y no me animaba a publicarla hasta que la volví a encontrar

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¡Hola! *Aparece después de decir que está llena de exámenes* ¿cómo están? Hoy procedo a mostrarles esta pequeña joyita que tenía hace tiempo y no me animaba a publicarla hasta que la volví a encontrar. 😌.

Al igual que el resto de las historias que hago, este cuento viene de unos personajes de un squad que creamos para rolear. Están totalmente sacados de nuestra imaginación, pero quisiera dar una mención especial a kiaricat por crear a Sika, la estrellita caída 💫 y a vodkacidio por crear a Zaephyr, la hadita. 🧚

Me parece una historia muy tierna, muy triste y sobretodo, fácil de leer sin tanto contexto de por medio y que se vuelva  pesado, como puede pasar en «Luna y Sombras». La verdad, les comparto esto con la esperanza de que les guste. ♥️

Besos y saludos.

『❛Cuentos Cruzados❜』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora