era su cumpleaños, que mejor que pasársela con su chico favorito, pero ¡pum! Los villanos están al acecho siempre, quién diría que su cumpleaños se convertiría en una gran experiencia con aquel adorable pecoso que robaba corazones
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¡Si cumpleaños! Diez de junio, justo el día especial en el que nació ¿Qué mejor que acompañarlo con su chico favorito? Eso sería genial, ahí estaba, frente a la clase mientras todos le habían dado una sorpresa encabezada justo por el chico que rondaba en su cabeza constantemente
— ¡Feliz cumpleaños All Migth! — gritó aquel hermoso peliverde, el chico de cabello verde y ojos del mismo color, unas hermosas pecas en sus lindas y regordetas mejillas, un sonrojo natural manchaba sus mejillas de carmesí, una bella sonrisa y sus brazos extendidos lo acompañaban
— gracias joven Midoriya — agradeció el mayor viendo al lindo chico
— gracias a ti All Migth, sin ti no estaría aquí, muchos de hecho no hubieran seguido sus sueños si no te tuvieran como ejemplo a seguir — aseguro el menor, el rubio miro a sus demás alumnos, estos le miraban con sonrisas y adulaciones a su personas, sinceramente, ellos no le importaban en lo absoluto en ese momento, solo le importaba el pecoso frente a el
— gracias jóvenes, a todos — afirmó con algo de desesperación, quería proponerle algo al menor, esperaba que aceptará
— ¡Te queremos mucho All Migth! — gritaron todos mientras el pequeño chico asentía con felicidad, el mayor se inclino un pocos a su altura para poder susurrarle algo al oído
— disculpa joven Midoriya ¿Podemos hablar? — le pregunto mientras los demás se iban a comer un poco del pastel que le compraron al rubio
— ¿Uum? Claro que sí, dígame All Migth —
— afuera, y a solas — el menor comprendió
— está bien, no te preocupes — ambos salieron son que los demás se dieran cuenta — ¿Qué necesita All Migth? —
— veras joven Midoriya, quería...saber que posibilidad hay de que me acompañes hoy a la playa — el rubio desvío su mirada, un leve tono carmín cubrió sus mejillas, observando de reojo al tierno chico
— ohhh, era por eso, claro que podría All Migth ¿A qué hora nos veríamos? Estoy emocionado — aseguro el menor con su adorable sonrisa, el rubio sentía desmayar en ese momento
— b-bueno, a las seis ¿Esta bien? No te preocupes por el permiso de la escuela joven, lo tengo resuelto — afirmó, el menor asintió feliz y emocionado, no todos los días sales a comer tan casual con el héroe más importante de la historia del mundo
— ¡Claro que sí All Migth! — entraron al aula a seguir celebrando, el día paso y All Migth no podía estar más que emocionado
Yagi era un tipo fuerte, fuerte en fuerza bruta, porque en los sentimientos era más blando que una gelatina derritiéndose
El pequeño pecoso le robo el corazón de una forma inimaginable cuando lo conocí aquel día cuando persiguió a ese villano, si lo pensaba bien, debía agradecerle a esa maldita masa de baba
