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Izuku se la había pasado con el rubio, el miedo de que algo le pasará y lque todo se fuera al carajo en cualquier momento lo atormentaba

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Izuku se la había pasado con el rubio, el miedo de que algo le pasará y lque todo se fuera al carajo en cualquier momento lo atormentaba.

Así que trataba de quedarse el más tiempo posible juntos; aunque Yagi tenía otras preocupaciones, mucho más fuertes y preocupantes que solo pensar en si se iba a morir o no, para empezar, la simple idea de irse y no poder decirle al pecoso todo lo que sentía le causaba horribles dolores de cabeza y estómago, pero, estos también eran provocados por el miedo a ser rechazado cruelmente por el pecoso, sabía que Izuku no era así, pero el temor estaba latente en su ser de cualquier manera, era algo tan simple como comer por las mañanas, el temor de verse como un depravado, bueno, eso era a fin de cuentas, un depravado enamorado de un chiquillo que merecía algo más que él.

Siendo un nuevo día de entrenamiento, el mayor estaba nervioso, últimamente se despertaba con una edad diferente, aveces más joven o aveces más viejo, ya se comenzaba a preocupar y ese día no fue la excepción, ahora tenía exactamente la misma edad que Izuku, dieciséis años, se veía mucho más joven y atractivo, un chico rubio de ojos azules, estereotipo perfecto del joven estadounidense, claro varias chicas lo vieron con ojos enamorados, pero él solo podía concentrarse en el pecoso que curiosamente había estado muy apegado a él.

El entrenamiento sería sencillo, un simple momento de rescate en el que se verían implicados civiles reales, claro no eran del todo civiles, si no que eran actores entrenados para esa clase de práctica.

Yagi no se preocupaba, aunque fuese joven, sus recuerdos habían estado llegando en esos días, dependiendo la edad, tenía sueños que le mostraban lo que hacía en un pasado, la sensación tan familiar le extrañaba pero a la vez le gustaba mucho, mas ahora que podía hacer eso junto al lindo y tierno pecoso.

El entrenamiento empezó, Izuku se veía feliz ayudando a las personas y viceversa, claro, quién no quería ser salvado por el gran héroe Deku, si era él, aquel hermoso chiquillo que cautivaba corazones y era capaz de voltear a cualquier chico que se creyera heterosexual, volviéndolos totalmente Dekusexuales, era gracioso como Izuku tenía el poder de controlar a la gente con solo una sonrisa y lo peor era que él si quiera lo sabía.

Dejando todo eso de lado, el entrenamiento se comenzaba a volver aburrido, ya la gente solo se dejaba ayudar y ya no había demasiados civiles para cuidar, se sentó junto a un escombro, pensando bien en todo lo que había pasado, suspiro y miro al cielo, un hermoso cielo azul que era adornado con luces de lo más blancas y los hermosos rayos del sol.

De pronto, esa luz natural se vio opacada por una sombra que apareció de la nada, confundido levantó de nuevo la mirada solo para encontrarse con el rostro sonriente de Izuku, el lindo pecoso le miraba con esa sonrisa incluso más brillante que el sol anterior, su lindo cabello bajaba por la gravedad y cubría de forma hermosa su rostro.

— ¿Aburrido, Toshinori-Kun? — pregunto risueño al rubio, sentándose a su lado y viéndolo fijamente con esos hermosos ojos verdes que lo caracterizaban.

joven-ᵃˡˡᵈᵉᵏᵘDonde viven las historias. Descúbrelo ahora