STRANGE BLUE APPLE
Strange Blue Apple sigue las aventuras de La chica del vestido azul, -posteriormente llamada GIRL-, a través de Springheaven, un mundo repleto de realidades separadas y propias de los dispersos sueños.
Sus caminatas, son viajes ca...
El lugar donde yacía su cuerpo inmóvil era hermoso, verdaderamente hermoso. Un jardín, repleto de flores que se extendía mucho más allá de donde alcanzaba la vista.
Rosas rojas, rosas blancas, rosas sencillamente rosas, amapolas de largos tallos, bellos pensamientos y moribundas azucenas...
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Hasta que el insoportable eco del silencio llegó a sus a sus oídos, traído por el viento, y la joven de piel pálida, abriendo los ojos, levantó la cabeza y miró a su alrededor.
-... Hmmm, (¿Qué ha sido ese insoportable silencio?), -Sus pensamientos no obtuvieron respuesta, como solía ser de costumbre-.
Así que poniéndose en pie, se palmeó el vestido azul marino, conjuntado con un corsé ceñido, negro y blanco en sus telas alternadas, y unas largas botas marrones.
Se limpió la tierra y las briznas del césped lo mejor que pudo, pero aún así no fue suficiente.
-AGGGG... Voy a tener que meterme en la lavadora de nuevo.-Y decidida echó a andar, ahora molesta, pero procurando no pisar ninguna flor-.
Así, la chica llegó frente al señor DING DONG, el hombre puerta.
O mejor dicho, un doble portón con rostro, enteramente hecho y tallado en madera.
-Buenos días, y malas noches señor RING RING A DING DONG,- Y sonrió cogiéndose de las manos, la joven de largo pelo negro azabache.
-¡¡¡OHHHHHHHHHHHHHHHHHHH!!!,-Exclamó la puerta con voz grave y rebotante-.
-Eres tú de nuevo chica, perdona mi ¡¡¡OHHHHHHHHHHH!!! de la impresión. No te había reconocido.-Terminó de decir-.
Ella hizo una reverencia.
-No se preocupe señor RING LING A DANDING.
-¿Hoy me llamo así?, -preguntó el portón tras reírse-, ¿Qué es lo que quieres chica?
-Quiero pasar por tu puerta, de otro modo no llegaré a ningún otro lado,- contó ella-, Y necesito ir a la lavandería. Quiero bañarme, pues estoy llena de tierra.
-Entonces,-afirmó la puerta abriéndose-, Mi pasillo... Es todo tuyo...
-UUUUUUUH.-Ese fue el sonido que emitió mientras se abría de par en par-.
La joven tan cortés y educada se adentró por la doble puerta, no sin antes, despedirse de él.
Frente a la chica, ahora un pasillo. Uno ni muy ancho ni muy corto, decorado con la simpleza de unas losas verdes de gran tamaño que perfectamente acopladas las unas a las otras, se hallaban pegadas al suelo. Sin embargo, no era algo bonito de ver, pues todo estaba increíblemente sucio.
