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La típica melodía de cumpleaños resonaba en los oídos del muchacho. Aún cuando respondió a sus amigos que el celebrar su nacimiento no era muy importante para él al momento que propusieron una fiesta, sus buenos amigos insistieron en por lo menos hacer un sencillo festejo para el pelirrojo.

La habitación solo era iluminada por las velas sobre el pequeño pastel que lograron conseguir de última hora pero que en este momento Tendō consideraba como un buen regalo.
La canción terminó y con ello Goshiki animaba a su senpai a soplar las velas acompañado de un deseo.

Deseo.

Satori ya no creía mucho en ese cuento. De Goshiki lo vería ya que puede verse tan maduro como infantil la mayoría de veces. Y ahora se preguntaba si Wakatoshi creía en algo así ¿que tipo de deseo pediría su amigo?

¿Qué tipo de deseo pediría él?

Los aplausos de sus pocos pero importantes invitados resonaron tan rápido como se oscureció. Al prender las luces lograron ver la reluciente sonrisa del bloqueador y las lágrimas que amenazaban con abandonar sus ojos.

Cuanto menos lo esperaba ya estaba siendo atrapado en un abrazo grupal ─ incluido Wakatoshi que casi siempre se mostraba incómodo al contacto afectivo ─ lo que provocó finalmente lágrimas de felicidad acariciando sus mejillas.

La peculiar calidez de su kohai le daba una falsa esperanza de que aquel deseo que siempre pasaba por su mente se cumpliese algún día.

Igual y podía imaginarlo claramente. Justo como cada noche.

La celebración no fue planeada para nada, esto debido a que Satori no era muy abierto respecto a su vida

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La celebración no fue planeada para nada, esto debido a que Satori no era muy abierto respecto a su vida. Nadie sabía cuándo cumplía años y el día que se les ocurrió preguntar resultó ser la misma fecha.

No es muy habitual empezar con el pastel y terminar con la comida, sin embargo todo resultó tan peculiar como el cumpleañero.

Comieron tantas variadas cosas hasta casi explotar, Taichi sentía ir hacia la luz con tanto merengue ingerido. Aprovechando el fin de semana libre, Satori ofreció a sus invitados quedarse a dormir. Solo algunos accedieron.

Era de esperarse que todos cayeran dormidos casi al instante, pues entre la práctica, así como tomarse el tiempo de elaborar una celebración al momento y además el azúcar hubo bastante efecto para los muchachos.

Tendō por su parte estaba acostumbrado a lidiar con la mayoría de esas cosas por lo que prefirió estar despierto otro rato. Eso y el hecho que tampoco pusiese dormir, pues no recuerda a ciencia cierta haber disfrutado tanto un cumpleaños como este.
Claro, que ya estaba en tercer año, pero la mayoría de miembros del equipo cumplen años en épocas de vacaciones y él no veía muy necesario el hacer saber que ese no era su caso.

El ambiente que lo rodeaba mientras miraba melancólicamente por la ventana, seguro quedaría bien con un cigarrillo, pero dado a que se trata de Satori ─ y además un deportista ─ sus labios y lengua eran pintados por sus Pecositas* favoritas. Siempre lograba comerse hasta diez por lo que seguro su lengua terminaría del mismo color que obtienes al intentar hacer una plastilina de colores. Ew.

¡𝗣𝗶𝗱𝗲 𝘂𝗻 𝗱𝗲𝘀𝗲𝗼! ❨HQ❩Donde viven las historias. Descúbrelo ahora