Prologo - Un Sueño

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Héroes, siempre los admiré, desde que nací sueño con ellos, literalmente, ya sea un caballero luchando a la orilla de un lago, un hombre con la capacidad de enfrentar ejércitos enteros solo con su lanza o un niño que se enfrenta a lo invencible con una sonrisa en su rostro, soñé en ser cada uno de ellos, hasta antes de conocer sus historias, como si siempre hubieran estado ahí, perdidas en mi cabeza, las fui recordando como si fueran historias mías propias

Mi situación no mejoró cuando le conté sobre mis sueños a mis padres, de hecho mi padre empezó a contarme una historia tras otra sobre héroes antiguos, también algunos actuales, recuerdo claramente el día en el que dijo que los más grandes héroes con vida, vivían en el centro del continente, en una ciudad apodada como "El centro del mundo", la grandiosa Orario

Y fue así, que a la edad de mis 8 años decidí aventurarme hacia la que sería apodada en el futuro como la cruzada hacia el nacimiento de una nueva era...

O así habría sido si mi mama me hubiese dejado ir - Se quejaba un niño de corta edad con sus mejillas infladas en un gran pero pequeño puchero

Todavía eres muy joven Bell, yo también soñé con ser un héroe en mi momento, sin embargo nunca tuve el talento para hacerlo, por suerte antes de que pudiera pasarme algo en la Dungeon conocí a tu madre, nos conocimos, nos casamos y ahora vivimos tranquilos en esta pequeña parte del mundo - Habló el hombre de cabellera negra sentado sobre una larga capa de hierba que se extendía hasta el horizonte, mientras frotaba los rebeldes mechones blanquecinos del niño

(Mi padre, un hombre conocido como Arthur Cranel, pelo negro, ojos rojos, apariencia flaca y al parecer débil, menosprecia bastante su fuerza, pero aun así es un poderoso nivel 4, es bondadoso y un poco torpe, pero lo que es una de sus mas grandes fallas es como diría mi madre... Un pervertido, suena como algo malo, aunque no se que significa)

Oh, se está haciendo tarde, deberíamos volver rápido a casa antes de que tu madre venga a buscarme otra vez con ese cuchillos de cocina ajaja...Me pregunto de que esta hecho para ser tan afilado - Se preguntó el hombre con una gota de sudor deslizándose por su rostro

Vamos papá, antes de que mamá te regañe otra vez por estar espiando jovenes doncellas - Sonreía el niño con una sonrisa descarada y divertida

Me pregunto de quién habrás heredado tu sentido del humor - Suspiraba el hombre mientras se ponía de pie

Claramente de mama, herede todo lo bueno de ella, de ti probablemente solo sean mis ojos... Espero - Suplicó el niño en voz baja

Este pequeño... - Negaba con la cabeza el hombre con una media sonrisa plantada en su rostro

Los dos chicos paseaban por la pradería mientras el cielo teñido de rojo por el sol poniente se ponía cada vez de un color más encendido, sin embargo esto no duró mucho tiempo

Swish... Swish...

Fuertes ráfagas de viento invadieron la zona, una más fuerte que otra, personas normales habrían sido barridas por kilómetros, sin embargo, Arthur no era alguien que pudiera definirse normal, con un rápido movimiento de brazos envolvió al pequeño en un fuerte agarre sobre su pecho para evitar que este saliera volando

Cuando todo parecía estar calmándose se escuchó un fuerte estruendo en la cercanía de los dos chicos, uno tan fuerte que genero una ráfaga de viento tan fuerte que arrastró al hombre por unos buenos 100 metros hacia atrás

Cuando el hombre estaba a punto de decir algo y se preparaba para dejar ir sus palabras su pecho dejó de moverse, las palabras no salían de su boca, no importaba cuánto esfuerzo hiciera para hablar o moverse, todo intento era inútil, el sabia, después de un simple vistazo, sabía lo que era aquello que se posaba delante de sus ojos, sin embargo cierto niño ignorante de su situación y no entendiendo el dejar de actuar de su padre empezó a cuestionar al joven hombre

Danmachi - Heroic DesireDonde viven las historias. Descúbrelo ahora