Capitulo 2 - Un Héroe, Odiseo, El Astuto

423 60 12
                                    

Hah... Tan cansado - Bostezaba el chico mientras luchaba para cambiar su posición en la cama, sin embargo algo le impedía hacerlo, su brazo derecho se sentía completamente bloqueado por dos masas increíblemente suaves, mientras sus piernas se encontraban enredadas con otras al parecer mucho más ágiles y esbeltas - Tan suave - Decía el chico mientras se acomodaba mejor

Luego de un par de segundos manteniendo los ojos cerrados y realizando su situación actual, sus ojos se abrieron por arte de magia mientras su mirada se posaba sobre el individuo que había invadido su espacio personal, espacio que por culpa de las enseñanzas de su padre, no se arrepentía de haber perdido

(Recuerda Bell, tu Diosa debe de ser hermosa y gentil, sedúcela y añádela a tu harem, la chica que tienes delante de ti es perfecta, aprovecha la oportunidad y abalánzate sobre esa hermosa chica indefensa) - Decía una suave voz en su cabeza que sonaba extrañamente familiar, como si su ¿Padre? Le estuviera hablando justo en el oído

(Bell Cranel Hikari, pon una mano encima de una chica dormida y te arrepentirás de haber nacido hombre) - Decía otra voz en su cabeza, esta vez más suave y fría, dicha voz con solo su tono fue suficiente para borrar cualquier voluntad de libertinaje hacia la hermosa Diosa

(Si es solo un vistazo debería de estar bien, ¿Verdad?) - Pensaba el chico mientras apartaba suavemente las sábanas para ver el hermoso cuerpo en pijama de la Diosa de la Belleza - (Esto se siente como el paraíso) - Pensaba el chico con una sonrisa tonta en su cara mientras un ligero sonrojo invadió sus mejillas

¿Viste suficiente o sigo haciéndome la dormida mientras por casualidad se me va la parte superior del pijama? - Pregunto pícaramente la Diosa al haberse despertado al sentir la mirada del chico por todo su cuerpo

¿En serio puedo tomar la segunda? - Pregunto el chico descaradamente interesado

Puedes intentarlo o puedes levantarte, ir al gremio a registrarte y aventurarte en la mazmorra, tú decides - Habló la Diosa como si la pregunta fuera estúpida dada la situación en la que estaban, desafortunadamente para ella, sucedió lo exacto contrario a lo planeado

En menos de lo que puede batir sus alas una abeja, el chico salto de la cama vistiéndose frenéticamente con las prendas más atléticas que había encontrado, un pantalón largo negro, similar a un chándal, no demasiado apretado para que no limite sus movimientos, pero tampoco tan holgado como para obstruirlos, una camiseta negra apretada que resaltaba su fina musculatura, unas botas que le llegaban hasta la parte media de la pantorrilla y una pequeña espada corta colgada de su lado izquierdo para permitir un rápido desenvaine por su mano dominante la derecha

Estoy saliendo - Dijo el chico sin olvidarse recoger la mochila la cual anteriormente había sido rellenada de algunas pociones de bajo grado, posteriormente salió y cerró la puerta

Puff...

Cuando un cojín chocó contra la puerta se hizo escuchar ese sonido ahogado que daba una sensación extrema de suavidad

Ese bastardo no sabe apreciar lo que tiene enfrente... Huh, bien, él se lo pierde... Ahh... Tengo sueño, dormiré durante un tiempo más - Decía entre bostezos la hermosa Diosa antes de volver a desplomarse en la cama esparciendo sus suaves mechones dorados por esta, cayendo dormida casi al instante - Tonto conejo...

Una vez fuera del viejo y polvoriento edificio, el chico se encaminó hacia la salida del Distrito Dédalo, ayer justamente cuando era arrastrado hacia esta zona se había encargado personalmente de recordar todo el camino hacia la salida, para asegurarse no perderse en estas confusas calles

Danmachi - Heroic DesireDonde viven las historias. Descúbrelo ahora