Capitulo 21

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Al entrar a la casa de los Natouch, Fluke notó que se encontraba silenciosa y vacía, subió las escaleras hacia su cuarto, cuando sintió que su Omega se removió incómodo como si algo o alguien lo estuviera llamando.

El timbre sonó, y bajó corriendo las pocas escaleras que anteriormente había subido y fue a abrir la puerta con una sonrisa en el rostro al pensar que era su Alfa.

x: Hola, Fluke.

Sonrisa que pronto fue borrada al ver a Karim parado frente a él.

Fluke: ¿Qué haces aquí, tonto? ― sus manos formaron pequeños puños y su ceño se frunció.
Karim: No debes ser grosero, Omega ― estaba dando todo de sí mismo para no enojarse y arruinar el plan, Fluke no colaboraba con eso. ― Vengo con buenas intenciones, pequeño ― dio una sonrisa que pretendía ser sincera.

Fluke: No puedes llamarme Omega o pequeño, sólo mi Alfa puede hacerlo ― sus feromonas de enojo empezaron a salir, haciendo picar la nariz del Alfa frente a él.

Karim: Oh, sí recuerdo que me dijiste que "Ohmmie es tu alfa" ― se burló haciendo comillas ― el mismo que ahora tiene su celo y claramente no lo está pasando contigo.

Ahora, una verdadera sonrisa de satisfacción se plantó en su rostro al ver la sorpresa en el rostro del menor y que las feromonas de enojo se iban dando paso a las de angustia.

Fluke: ¿Cómo sabes tú que está en celo?.

Ahora comprendía la extraña sensación que sintió su Omega, era el de su Alfa llamándolo para ayudarle en su celo.

Karim: Porque nos encontramos hace un momento, y el me preguntó si sabía de algunos omegas fáciles para poder pasar su celo. ― toda la arrogancia que contenían sus palabras eran acompañados de su sonrisa de prepotente que crecían al ver las muecas que hacía el Omega frente a él.

Fluke: Mientes, no has visto a mi Alfa ― sus ojos empezaban a picar, no quería creer en las palabras de Karim.

Karim: ¿Crees que miento? Acércate a mí y podrás sentir el aroma de tu alfa en mi ropa ― ahora agradecía el altercado que anteriormente había tenido con el Alfa peli negro, gracias a ello su aroma se había quedado en su ropa.
Fluke acerco un poco su nariz, y sintió el aroma de su Alfa, muy levemente pero ahí estaba. Sus ojos empezaron a humedecer salió corriendo a buscar su celular, recuerda haberlo dejado en el sofá; con sus manitas temblorosas marcó el número de su Alfa, uno, dos, tres, cuatro pitidos y fue directo al buzón de voz. Fue así las próximas 15 veces que lo llamó, dejó cientos de mensajes pidiendo que le devolviera las llamadas. Sus sollozos ahora eran mas fuertes, sus manitas trataban de quitar las lágrimas que por montones salían de sus acuosos ojos.

Karim, desde la puerta veía todo con una sonrisa; se sentía mal por ver al pequeño Fluke llorando, pero tenía que ser parte de ese sufrimiento para poder tenerlo nuevamente a su lado. Así que sin más, se fue de ahí, cerrando la puerta detrás de él y con una enorme sonrisa en su rostro.

Fluke no sabía cuánto tiempo llevaba llorando, solamente sintió unos brazos rodear su cintura y ser levantado del sofá con mucho amor y ternura.

Fluke: ¿Alfa? ― preguntó esperanzado tratando de quitar las lágrimas de sus ojitos que impedían tener una vista clara de la persona que le sostenía, inhalo profundo, con la esperanza de sentir el aroma de su Alfa.

Soy yo, cachorro. Dime qué pasa. ― Mark habló con voz suave.
Fluke: Es P'Ohm, papá. Sentí a mi Omega inquieto, luego el timbre sonó y creí que era mi Alfa, pero sólo era el tonto de Karim y me dijo que Ohm había entrado en celo y le había dicho que quería algunos omegas fáciles para pasarlo. No quería creerle pero el aroma de mi Alfa estaba en él.

Mark agradeció haberle entendido a los lloriqueo y sollozos entre cortados que soltaba su pequeño cachorro.

Mark: No creo que eso sea verdad, ¿Intentaste hablar con Ohm?.

Fluke: Lo he llamado muchas veces y siempre tira el buzón de voz. ― seguía hipando y su aroma era de tristeza pura.

Mark: Descansa cachorro, ya mañana arreglarán todo. ― empezó a mecerlo como si de un bebé se tratase, lo marcó con su aroma el cual destilaba protección, haciendo así que se durmiera al instante.

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Ohm se despertó con el cuerpo sudado y aún un poco caliente, fueron 24 horas muy duras para él, tenía poca conciencia de lo que había pasado, vio su celular que se encontraba en la mesa de noche, al desbloquearlo vio que tenía cientos de llamadas perdidas y mensajes. En la mayoría de Fluke, unas cuantas por parte de Kao. Pero a las que dio prioridad fue a las de su Omega.

Omega Bonito: Ohmmie ¿te encuentras bien?

Omega Bonito: Llámame

Omega Bonito: estoy preocupado

Omega Bonito: Alfa, responde

Esos eran los primeros de miles de mensajes por parte de su Omega. Tomó sus pantalones y camisa que se hallaban en el suelo de la habitación y sin esperar más salió de su casa en dirección a la de su Omega.
El camino fue tortuoso para Ohm, esperaba que el taxista se diera prisa, necesitaba hablar con su Omega, su Alfa aullaba al saber que había causado preocupación en su compañero. Al cabo de treinta minutos llegó a la casa de Fluke, pagó y bajó corriendo del automóvil, tocó el timbre con prisa y su pequeño Omega abrió por fin.

Fluke había pasado una mala noche, lloró la mayor parte de ella, por la mañana, se despertó rodeado del aroma de sus padres y entre sus brazos, se sintió feliz, pero al recordar a su Alfa, nuevamente lloró.
Su madre le preparó su desayuno favorito, con la intención de subirle un poco el ánimo, cosa que no logró. Su almuerzo también fue ignorado, su semblante y aroma destilaba tristeza. Eso hasta que el timbre de la casa fue tocado con mucha insistencia, su rostro pareció iluminarse y corrió a abrir la puerta, ilusión que se esfumó tan pronto como vino, un olor llegó hasta sus fosas nasales, uno que tuvo a su Omega lloriqueando y a él de igual forma.

Fluke: Hueles a Omega, Ohm

SalvaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora