Dr. House • Historias de amor y dolor

I

Todos cometemos errores y nos arriesgamos. 

☄️

¿Que era el tacto para House?. Nada. El decía las cosas y las dejaba en claro, sin importarle como se sentían los demás.

—Va a morir —Le dijo a la paciente que se encontraba en la camilla viendo por la ventana.

—Probablemente... Todos estamos destinados a morir, pero no pienso dejarlos —Se acaricio su estomago de casi nueve meses de embarazo, llevaba consigo a unos gemelos varones que por milagro sobrevivieron a la diferencia de sangre de la madre y si quería tenerlos lo más probable que hubiera complicaciónes en el parto.

Pero después de nueve meses en su vientre con muchos cuidados, emociones desbordandose, peleas con su pareja, amigos y familia para que los dejara ir... ahora no era una opción ella los tendría sin importar que.

—Seguramente es su segundo intento, lo que provocó que su cuerpo formara anticuerpo para protegerla y atacar a su bebé.

—El doctor me dijo que probablemente nazca con anemia. —Lo miro a los ojos, ciertamente se encontraba confundida por la presencia del doctor que le recordaba porque estaba en hospital antes de que nacieran. —¿Chase le pido esto?

—No, tengo curiosidad de las decisiones de una madre... realmente llegarían muy lejos por su hijo, cuando te vi pensé que eras una prostituta que venía a abortar o dejar a su hijo en un orfanato. —La mala mirada cayendo sobre House se hizo presente.

—¿Que una mujer venga sola a los cuidados prenatales no le dice algo?. —Le replicó.

—Si que quería información sobre un aborto porque nadie la apoyaba en tener ese bebé o quizás engaño al padre.

—Si, por que todos somos ese tipo de personas... Todos mienten y engañan. —Se acomodo en la orilla de la cama, se puso sus pantunflas de osos panda que le parecían tiernos y graciosos al personal y se paró.

—¿Que hace, no le dieron que podía tener complicaciones en la placenta si se mueve mucho? —House le ayudo a pararse. Ella le tomo la mano y lo jalo.

—Acompañeme al jardín, no puedo salir sin personal médico.

—Y con una silla de ruedas... —Le recordó así que fue por ella, esta se encontraba en la esquina de la habitación rosada. —¿A dónde?. Usted manda.

Le señaló el pasillo contrario donde ponían los bebés en observación, al llegar al ventanal que te permite observar a los bebés que estaban en cajas transparentes con algún peluche o accesorio dado por el hospital o sus padres, también con su tablilla, una etiqueta en la pierna y el nombre en grande.

—¿No son lindos? —Le dijo a House.

—Si, hasta que llegan a la pubertad que se vuelven rebeldes y descontrolados —Una carcajada salió de la paciente estando de acuerdo con House.

—La secundaria apesta, quizás el peor momento en la vida de un puberto. —Agrego, pero después de observar un punto específico, dijo en tono preocupado— ¿Que le pasa?, ¿Porque está amarillo?

Le pregunto a House quien después de ver el bebé que estaba señalando entro y lo cargo observándolo —¡Llama a una enfermera!