La selección nacional ha estado extrañamente más tranquila de lo usual, eso le preocupa.
Son más aplicados y silenciosos que días anteriores, ninguno ha estado bromeando ni molestando en cada intervalo de descanso, no interrumpen en los momentos en los que explica ni mucho menos hacen festejos infantiles cada vez que progresan o logran algo nuevo y consistente durante la práctica.
Sí, algo anda mal, muy mal.
Iwaizumi sabe que sus chicos son profesionales, comprometidos y estúpidamente competitivos entre ellos, así que el hecho de que se sumergan en sus prácticas y se esmeren es normal; pero esa quietud y falta de bromas es completamente nueva y escalofriante.
Durante toda la práctica está inquieto, camina de un lado a otro y observa con atención a sus jugadores por si algo está mal, pero todo está perfectamente y eso solo agita más su cabeza.
El reloj en su muñeca termina de marcar el tiempo del AMRAP que estaban haciendo y se apresura a soplar el silbato para que se detengan. Se acerca a la cancha y aplaude dos veces para llamar su atención, en pocos segundos todos están a su alrededor jadeantes y sudorosos, expectantes a lo próximo que va a decir.
"Estuvieron fabulosos hoy". Pone sus manos en sus caderas y suspira. "¿Pero qué mierda pasa con ustedes? Están demasiado silenciosos, diganme si sucedió algo".
Kageyama se ríe e Iwaizumi se indigna, ¿por qué se ríe? ¿se está burlando de él?
"Iwaizumi-san". Todos lo miran como si supieran algo que él no sabe. "¿Cuántos años de experiencia tienes ahora?"
Frunce las cejas, confundido por la repentina pregunta. "Uno, pronto dos. ¿Puede alguien contestar mi pregunta? Los haré correr veinte minutos sin descanso si no me contestan".
Atsumu bufa, rompe el círculo y lo abraza a medias, llenándolo de sudor.
"Mierda, quítate. Apestas". Trata de alejar a Atsumu inútilmente porque pronto está envuelto en un abrazo grupal. "¡Me van a matar con su hedor!".
Apenas escucha a Ushijima decir un 'es más denso que nosotros' porque la voz de Hoshiumi lo opaca por completo.
"Vamos entrenador, un poco de amor por tu cumpleaños no va a matarte".
Su cumpleaños.
Mierda.
Olvidó su propio cumpleaños.
Escucha los vitoreos de felicitaciones y siente como lo estrujan aún más, dejándolo casi sin aire y desconcertado.
"¿Mi cumpleaños?" Pregunta perplejo, parpadeando dos veces seguidas. "¿Qué fecha es hoy? No, esperen. ¿Qué hora es? Con un demonio, suéltenme, tengo que ir a buscar a Tooru al aeropuerto-".
"Son casi las seis y media, Iwaizumi". Wakatoshi responde, con una sonrisa casi imperceptible y los ojos extrañamente brillosos. "Extendiste la práctica una hora más, ¿recuerdas?"
Se remueve entre los cuerpos que lo están apretando para salir sin éxito alguno, casi siente que se convierte en la personificación de la desesperación. Su prometido va a matarlo por dejarlo olvidado. Comienza a maquinar un plan en su cabeza para conseguir una manera rápida de excusarse cuando Oikawa comience a reclamarle, pero se ve interrumpido por chillidos escandalosos en algún lugar del estadio.
"¡Voy a hacer lo que quiera así que suéltame!" Esa voz, esos chillidos agudos. ¿Cómo es que Oikawa está aquí si se supone que él debería ir a buscarlo? ¿Cómo sabía que estaba aún en la práctica? "¡Iwaizumi Hajime!"
Ese tono severo no le gusta. Pronto los jugadores comienzan a disiparse para dejarlo expuesto a la fiera que es su prometido y siente que su voz se atasca en su garganta cuando ve que lleva un pequeño cartel arrugado y un pastel pequeño en las manos.
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Nivel de Experiencia: 28
FanfictionIwaizumi olvidó su cumpleaños, pero sus amigos no.