solo tu y yo

todo me sale mal.

Narra Maisha.

Llegamos al castillo de Laura y fuimos a una sala muy grande con cristales que llegaban al techo y alfombras tan grandes como el propio suelo decoradas con imágenes de ángeles querubines jugando y divirtiéndose.

Maisha- ¿ de que tenias que hablarme Laura?

Laura- el corazón de rubí ya no esta cerca de Moria. Los orcos se lo intentaron llevar y tu hijo se lo llevo lejos para protegerlo creía que lo sabias, los orcos casi matan al dragón dorado Maisha.

Al escuchar esto sentí que mi mundo se derrumbaba. Por los Valar mi hijo, mi hijo ha estado a punto de morir y yo no me he enterado. Cada vez me sentía peor hasta que me desmaye.
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Narra Legolas.

Cogí a Maisha antes de que tocara el suelo, la noticia le había sentado bastante mal. Laura me ayudo a llevarla a su habitación y luego nos dejo solos.
Me senté en una silla que había cerca a esperar que se despertara, no quiero ni pensar lo mal que se tiene que sentir alguien cuando le dicen que se hijo ha estado a punto de morir por proteger algo que ella misma ha creado. Pensando me quede dormido hasta que senti una mano en mi hombro.

Maisha- ¿como estas?

Legolas- no soy yo quien se ha desmayado.

Maisha- siento haberte asustado pero la noticia me supero.

Legolas- no puedo imaginarme lo mal que te tienes que haber sentido.

Maisha- siento que mi hijo ha estado a punto de morir por mi culpa si no hubiera creado el corazón de rubí no lo habría puesto en peligro.

Legolas- necesitabas crearlo para salvar a tu pueblo.

Maisha- pues tendría que haberlo protegido yo no mi hijo, tendría que haberme ocupado yo, tendría que haber dado mi vida yo no mi hijo tendria…

Legolas- tranquilizate tu no podrías haber prevenido esto Maisha no eres mala madre anda vamos Laura se quedó preocupada por ti.

Abraze a Maisha y fuimos los dos a buscar a su amiga.
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Narra Maisha.

Cuando encontré a Laura estaba con su marido un hombre alto guapo y piel blanca a primera vista se veía simpático.

Laura- Maisha ¿como te encuentras?

Maisha- estoy bien tranquila ya me conoces.

Laura- jjajajja tienes razon. Te presentó a mi marido Alan, esta es la amiga de la que te he hablado tanto.

Alan- Laura me ha hablado muchísimo de todos los años que pasasteis juntas, me alegra conocerte por fin.

Maisha-a mi también conocerte a ti, este es Legolas mi compañero de viajes y amigo.

Legolas- encantado.

Alan- lo mismo digo. Se ha echo tarde Maisha se que tu no comes pero ¿te apetece acompañarnos en la cena?

Maisha- sera un placer.
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Narra Legolas.

Nos sentamos a comer y nos sirvieron ensalada con un trozo de carne asada y la verdad es que se veía delicioso.

Maisha- Laura me dijistes que mi hijo se llevo el corazón de rubí a otro lugar sabes a donde.

Laura- si lo se. Se lo llevo a Dol Guldur. A echo de ese lugar su fortaleza.
Cuando Laura dijo eso se oyó un ruido de cubiertos cayéndose cuando mire a Legolas lo vi mas pálido de lo normal.

Legolas- perdonadme no me encuentro bien voy a tomar el aire.

Dicho esto se levanto y se fue muy apresuradamente.

Laura- ¿he dicho algo malo?.

Maisha- que yo sepa no dejame hablar con el.

Alan- mañana será un nuevo día y Laura hoy es tu día de gracia ¿que tal si nos retiramos a nuestra habitación?

Maisha- ¿ tu dia de gracia?

Laura- es cuando puedo quedarme embarazada.

Maisha- O.O glip.

Laura- wuajajajjajaj menuda cara jajakakjaka.
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Narra Legolas.

Estaba sentado en un banco cuando sentí una presencia a mi lado no me hacia falta girar me para saber que era ella.

Legolas- siento haberme ido así pero no me gusta oír el nombre de Dol Guldur.

Maisha- ¿que paso ahí ?

Legolas- mi madre murió ahí antes de poder conocerla.

Maisha- lo siento mucho Legolas no tienes que venir entendere perfectamente que no quieras.

Legolas- no te preocupes iré contigo te acompañare no te dejare sola.

La mire a los ojos y la bese.

Maisha- sin esto va acabar como la otra noche mejor que nos vayamos a mi habitación.

Legolas- si mejor vamos para allá.

Nos levamos y fuimos a su habitación allí la acorrale contra la pared y empeze a besarla por todo el cuello y seguí bajando por su pecho quitándole el vestido. Cuando se lo quite la tire sobre la cama y me quite yo la ropa y así comenzó una placentera noche para los dos.