29. Hospital

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He tardado demasiado en acostumbrarme a esta vida, pero no es tan malo como parece, Sanzu es mejor persona de lo que pensaba en un principio, se puede decir que le he cogido cierto cariño y respeto. Esta un poco distante desde la muerte de Mikey y no creo que pueda superarla... Al menos no por ahora.

-¿Irás hoy también?- pregunté bajando de mi habitación

-Si, ¿Te quedarás?

-Si, tengo que hacer tarea... ¿Volverás en la noche?

-No lo sé, puede que sí

-Pues vaya respuesta... Hoy he quedado con Takewoi a las 18:30, ¿Avisas a Takeomi por mi?

-Vale- metió una pastilla en su boca- Dile a Ran que te lleve

-Vale... ¿No comerás?

-No, ya pillaré algo por ahí

Dudo que haya comido algo desde hace días, no se cómo sobrevive. Hierba mala nunca muere, supongo.

-Oye, ¿Senju te aviso de lo de la peluquería?- pregunté poniendome las zapatillas en la entrada

-Mmm no, sabes que no me llevo bien con ellos

-Hoy iré a la peluquería, hicimos un trato

-¿Que trato?

-Una apuesta más bien, me tengo que pintar el pelo de blanco y hacerme pasar por ella- suspiré- esa chica... No se cómo tiene tanta energía

-Bueno, me iré ya

-¡No mueras!- fui a la sala para avisar a Ran, encontrándome un escenario poco... Apetecible de ver- Oye, pelimorado, agradecería que no te andaras besuqueando con gente cuando me tienes que llevar en el coche, luego no me puedo quitar esa imagen de la cabeza

Ran hecho la cabeza para atrás, haciendo notar que le había molestado mi comentario

-¿Ahora donde quieres ir, pelirosa?

-A casa de Senju

-¿Quién es ella, amor?- pregunto la chica que estaba encima de él dejando pequeños besos en su cuello

-Enserio, Ran, ya da asco

Suspiró y bajo a la chica de encima suyo sin dirigirle la palabra.

-Vamos, mocosa

-No me digas así

-Vale... Mocosa

-Te voy a pegar como sigas así

-Ya, perdón... Mocosa- le di un puñetazo suave en el brazo y el hizo como que le dolió

-Idiota- susurré

No tardamos en llegar al coche negro
Puse la música
El cambio el canal
Lo volví a poner y así duramos un rato

-Oye, para ya

-No- volvió a cambiarlo al igual que yo

-Oye estúpido, párate ya

-Estupido tu abuelo, estúpida

Llegamos a casa de Senju, ella ya estaba en la puerta recargada sobre la misma y cuando me vio bajar corrió hacia mi

-Hola, Senju

-Hariiiii- me abrazó- ¿Que tal?, ¿Ya comiste?, ¿Vamos directamente?

-Calmate, Sen... Ya comí, estoy normal y sí, vamos directamente

-¡Perfecto!- agarró mi mano y jaló de mi hasta su carro

-Relajate- dije ya en el coche

-¿Donde está Sanzu? ¿Esta mejor?

-Que va, sigue igual o peor... Me estoy comenzando a preocupar

-Es normal que este así... Bueno, en verdad no

-¿Por qué?

-Pues... Las cicatrices las tiene por mi culpa

-¿Por eso se lleva mal contigo?

-Algo así... Cuando éramos más pequeños Mikey tenía un avión de juguete, se le perdió y yo lo encontré, pero sin querer lo rompí y le eché la culpa a Haru... Ya sabes de los impulsos de Mikey, el le hizo esas cicatrices- contó todo esto algo nerviosa, como si tuviese miedo de que la juzgase o algo por el estilo, conducía moviendo el dedo índice en el volante con algo de nerviosismo

-Vaya...- fue lo único que logré articular- supongo que fue difícil... Pero entonces ¿Por qué le ha sido tan fiel a Mikey?

-Cuando pasó eso juró lealtad absoluta, creo que le consideró alguien fuerte...- se giró para mirarme y fingió una sonrisa

-Es increíble...- unas luces delante de nosotras se comenzaron a vislumbrar, un camión de transporte se había confundido de carril e iba directamente a nosotras -¡SENJU!- chille con todas mis fuerzas
Ella frenó, aunque las dos sabíamos que era algo estúpido porque no había marcha atrás. Chocamos.
Primero se rompió el morro, el cristal del parabrisas se hizo pedazos. Todo pasaba como a cámara lenta. Las puertas se abrieron una hacia atrás y otra hacia lante. Desabrochó mi cinturón rápidamente y caí a la carretera. Me desmayé y lo último que recuerdo es que estaba en una habitación blanca conectada a unos cables negros.

En ese momento supe que Senju había muerto.

Yo debí morir. Solo yo debí morir en ese estúpido accidente... Queda la mínima, la escasa, por más remota que fuese quedaba la posibilidad de cambiar el pasado... O eso quería creer yo

La hija de Haruchiyo Sanzu también es...¡¿PANDILLERA?!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora