No sabía cómo lo había hecho Hécate, pero ahora se encontraba de nuevo en el laberinto de Dédalo. Era lo único de lo que estaba seguro en aquel momento. Se repitió a si mismo que aquello tenía que ser una ilusión, el laberinto había sido destruido. Lo había visto desmoronarse con sus propios ojos. Pero las capas de Niebla se acumulaban unas sobre otras y distorsionaban su sentido de la realidad.
A su izquierda y a su derecha se extendía un pasillo. Unas antorchas se consumían en unos candelabros de hierro. El aire olía a moho, como en una vieja tumba - ¡¿Por qué no me enfrentas cara a cara?! - gritó. Su voz resonó por todo el pasillo con un fuerte eco - ¿De verdad crees que este lugar me da miedo? Ya destruí el Laberinto una vez... Puedo volver a hacerlo -
No hubo respuesta de la diosa, pero un siniestro chasquido le advirtió del peligro. Dante echó a correr justo cuando unos agujeros se abrían en las paredes. De estas salieron numerosas flechas las cuales esquivó por los pelos - No puedes huir para siempre - la voz de la diosa resonó a través de los muros del Laberinto.
Calcular el tiempo y las distancias siempre había sido algo imposible en el Laberinto original. Y por supuesto, orientarse en el nuevo Laberinto estaba siendo igual de complicado. Dante se limitaba a correr de aquí para allá, evadiendo todas las trampas que activaba a su paso. Así no voy a conseguir nada, pensó mientras saltaba por el agujero que se acababa de abrir bajo sus pies.
Cuando llegó al otro extremo de aquel pasadizo dejó atrás los oscuros y estrechos pasillos y entró en una enorme sala decorada con antorchas. Sin embargo, lo que más llamó su atención fueron las dos siluetas oscuras que parecían esperarle. Las sombras envolvían aquellas dos inmensas figuras, pero Dante ni siquiera necesitó pensarlo. Jamás podría olvidar la sensación que desprendían seres como aquellos - Críos... Hiperion -
En cuanto pronunció aquellas palabras las sombras se esfumaron. Ambos titanes salieron a la luz, empuñando sus armas y listos para la guerra - ¿Por qué venir a un lugar como este? - le preguntó el titán del sur. Sin duda era su voz, pero parecía como si alguien más hablase a través de su cuerpo - Ya sobreviviste una vez... Eres ese semidiós que siempre sobrevive -
Hiperion dio un paso adelante mientras su arma de fuego se encendía. Dante sabía que aquello solo eran ilusiones. Críos estaba defendiendo el monte Otrys e Hiperion debía de ser la punta de lanza del ejército de Cronos. Aún así, estar cara a cara con los dos seres que más cerca habían estado de acabar con su vida le puso los pelos de punta. Pero a estas alturas eso ya no le iba a acobardar. Y con un alarido furioso se lanzó contra sus dos enemigos. Sin duda se había vuelto más poderoso. Esquivó con facilidad insultante la lenta porra de Críos y se lanzó directo a por su cuello. Solo necesitó un rápido y fulminante ataque. Desenfundó la Ira de Ares y realizó un tajo que separó la cabeza del titán de su cuerpo. En cuanto la cabeza tocó el suelo esta se convirtió en una nube de humo que se desvaneció.
Aquella nube de niebla aún no se había esfumado y Dante ya estaba encarando a su siguiente enemigo. Con sus reflejos felinos se dio media vuelta y bloqueó la espada del titán. El fuego del arma de Hiperion quemó la punta de sus cabellos, pero Dante contraatacó con su propia ola de fuego. La Ira de Ares brilló con intensidad durante un segundo y liberó una columna de llamas que ahogó el fuego del titán. Hiperion dio un paso atrás y cargó un nuevo ataque. Pero el semidiós respondió con mayor velocidad y antes de que su rival pudiese darse cuenta seccionó con precisión casi quirúrgica el brazo con el que sostenía la espada.
El arma cayó al suelo con un fuerte estruendo y Dante se lanzó contra Hiperion para asestar el ataque que acabaría aquel combate. Sabía que se había vuelto más fuerte. Durante este último año había conseguido pulir su técnica con la Ira de Ares y sus habilidades en general habían incrementado. Pero era imposible que en menos de un minuto ya hubiese liquidado a sus dos enemigos más mortíferos.
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ARES #5 // DIOSES DEL OLIMPO // PERCY JACKSON
FanfictionProtege a quien quieres... El momento ha llegado. Los ejércitos están listos. Cada pieza ha sido colocada en su lugar, y llega el momento de la batalla donde el futuro del mundo y de la humanidad será puesto a prueba. Quinto libro de la saga Ares.