- ¡Pero que hermosa rosa! ¿Es para mí? -Exclamo Diana recibiendo la rosa que se veía aún más roja entre sus blancas manos-
-Si –replico él- no quiero que te vayas, déjame ver esa dulce sonrisa tan solo un momento más.
-Ya no me iré –murmuro Diana, con la mirada perdida en la rosa- finalmente pasó, tomaste pastillas para poder verme... pero creo fueron demasiadas.
Él no dijo nada, así lo había querido, no soporto verla morir y ahora se quedaría con ella.
![]()
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
