Capítulo 8

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—Lamento tardar, tuve que pedir prestada una olla para hervir el agua e hilo —Zhou Zan entró cargando una cubeta con poca agua, poco después se arrodillo cerca del hombre abriendo uno de los paños blancos que había encontrado junto al kit de costura sobre sus muslos, mojó la tela en el agua hervida y procedió a limpiar la zona de la herida con extremo cuidado.

—¿Por qué herviste la aguja e hilo?

Luego de asegurarse podía hacerlo, Zhou Zan comenzó a cocer la herida, afortunadamente era una herida superficial de arma blanca, no parecía haber sido apuñalado, solo habían cortado su piel.

—Desinfección.

—¿Qué es eso?

La explicación de bacterias e infecciones no tendría mucho sentido para el hombre de una época antigua, así que busco una explicación simple.

—… Limpiar la suciedad, así no entrará en tu herida. Reducirá las posibilidades de que sufras de fiebre o que tu carne se pudra y mueras.

Cocer la herida era lo único que podía hacer por ahora, antes de limpiar la herida Zhou Zan había retirado las hojas y venda para revisar la piel en busca de infección, sorprendentemente no había habido ninguna.

Las hojas deberían pertenecer a hierbas medicinales con un efecto des inflamatorio, quizás aquellas plantas también poseyeran un ingrediente antiséptico desconocido por el hombre. Como un chico de ciudad no conocía mucho de la medicina tradicional del país de sus padres, había tenido que aprender a tratar heridas y manejar enfermedades de forma básica luego de que su mundo estallara en caos, solo eso.

—¿Por qué no cociste la herida?

Era claro que él solo se había tratado, además, cuando el hombre se había retirado la parte superior de la prenda de sus ropas, había dejado al descubierto una considerable cantidad de cicatrices, parecía estar acostumbrado a ser herido y tratarse el mismo.

Zhou Zan realmente se sentía curioso sobre la historia de ese hombre.

—No era necesario, es una herida poco profunda.

—Deberías conseguir más de esas hojas. Luego quitar los puntos —recomendó, usando uno de los paños que había traído para vendarlo.

—Ya veo, gracias. Estamos a mano ahora. Puedes irte.

Por alguna razón, Zhou Zan se encontró sonriendo entretenido ante su claro desplante.

—Salvaste mi vida, ¿cómo tratar una herida puede compararse con eso?

—No necesitó nada más.

Sabiendo no lo haría cambiar de opinión, se dio por vencido.

—Ni siquiera sé tú nombre.

—… Lu Wei.

—Hermano Lu —saludó cortésmente siguiendo la etiqueta.

El hombre parecía desconfiado, pero no de una manera que insinuara creyera Zhou Zan representará un verdadero peligro, era algo más como no querer verse involucrado con él solamente.

Movió su mirada hacia el niño que se había alejado, permaneciendo callado.

—Este pequeño…

El niño miró a su padre, quien asintió.

—Mi nombre es Lu Ming.

—Xiao Ming me ayudo a juntar leña hoy, por lo que prometí invitarlo a comer, ¿eso esta bien?

El hombre frunció el ceño, parecía molesto, pero solo consigo mismo, le dio una mirada alrededor y luego de segundos asintió decaído.

—Si. —Padre e hijo no poseían nada, tanto así que Lu Wei y Lu Ming solo tenían lo que llevaban puesto y habían estado sobreviviendo con raíces y frutas del bosque los últimos tres días.

Renacer como un ger en la antigüedadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora