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Pov.narrador/ra

Los minutos habían pasado y Raptor finamente había despertado, Mayo quien había estado pendiente de el haciéndole exámenes para descubrir más a fondo la repentina aparición de su naturaleza; termino contándole de manera calmada lo que le ocurría, el de ojos monocromáticos estaba sorprendido he impactado por la información que el androide le había dado.

El pobre chico estaba asustado, toda su vida había vivido como un Beta cualquiera, sin preocupaciones por los celos ni nada de eso, pero ahora que se enteraba de lo que realmente era, se había aterrado.

Se abrazó a si mismo buscando alguna manera de auto consolarse, Mayo caminaba de un lado a otro haciendo pruebas o escribiendo cosas en su computadora.

—no lo entiendo ¡¿por qué ahora?!.— grito el de pijama dejándose caer en la cami—un omega... ¡joder! ¡la vida me odia!.

Lloriqueaba el ahora omega con sus ojos cerrados y sus manos tapando su rostro, todos sus sueños, sus planes a futuro con el chico que le gustaba, todo había sido arruinado con el despertar de su omega interior.

—no te odia.— comento Mayo escribiendo algo en su computadora, una sonrisa había aparecido en su rostro al finalmente descubrir la razón del repentino despertar de la naturaleza de Raptor —baya, ¿quién lo diría? ¡Raptor has encontrado a tu destinado!.

—¿que...?— eo castaño miro extrañado al de bata blanca.

—¡tu destinado Raptor! ¡esa es la razón por la que tú naturaleza se ha dignado en aparecer¡.— Mayo tomo las manos del reptil y le ayudo a levantarse de la camilla —esto es increíble, es muy raro que algo así pase, encontrar a tu destinado es bastante improbable, muy pocos han sido los que lo han hecho.— explico más Raptor seguía bastante confundido, el de mechitas moradas soltó un pesado suspiro ante esto.

Soltó las manos de Raptor y nuevamente comenzó a escribir algunas cosas en su computadora mientras que el chico de ojos bicolores se quedo quieto en su lugar procesando lo que el mayor le había dicho.

Su destinado...

Lo había encontrado...

Pero... ¿quien demonios era?.

¿Como era posible de que lo había encontrado y el ni siquiera sabía quién coño era?.

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Trollino caminaba de un lado a otro, en su rostro se podía apreciar una mueca de preocupación, el chico seguía en la casa del androide junto a su fiel mascota la cual estaba sentado en el sillón mirando de vez en cuando la cajita que contenía su nuevo juguete y luego al de corona.

—Trolli parad, dejarás un agujero en el suelo si sigues así.— comento el cachorro pero el otro solo le ignoró, Mike gruño ante esto, el también estaba preocupado por su amigo, sin embargo el pelinegro se estaba pasando un poco —Trolli...

—perdona Mike pero... no sé que me está pasando.— Trollino paro su andar al percatarse de los gruñidos del can, miro a la puerta que daba al laboratorio de Mayo para luego soltar un pesado suspiro.

Era la primera vez que se preocupaba tanto por alguien que no fuera Mike o su difunta esposa Roberta, pues aunque el quería y apreciaba a todos sus amigos, no era tan apegado a ellos como llegar al punto de matarse la cabeza pensando en ellos o preocupándose por cosas sumamente estupidas como lo estaba haciendo con el castaño.

Era raro, algo en su interior le decía que tenía que cuidar a Raptor, no sabía que pero aquello ya le estaba desesperando de sobre manera.

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Pasaron varios minutos y la puerta del laboratorio finalmente fue abierta, Mayo se asomó por esta y le avisó a los otros dos de que ya podían ver a Raptor, el primero en entrar fue Trolli seguido de un Mike bastante alegre.

Al entrar pudieron ver al chico reptil sentado en la camilla, este al verlos les regaló una pequeña sonrisa y les saludó con un leve movimiento de mano, Mike alegre de verle saltó lo suficiente alto como para llegar a la camilla y empezó a abrazar al monocromático, su cola se movía de un lado a otro con clara alegría.

—¡Nos tenías muy preocupados!.— chillo el cachorro separándose del castaño —Trolli estuvo dando vueltas como loco.

—¡serás hablador!.— le reprocho de el corona lo cual causó una pequeña carcajada a Raptor.

El chico levantó su mirada bicolor y se encontró directamente con la azulada de Trollino, un cosquilleo recorrió su pecho y estómago, se sonrojo levemente para luego bajar la mirada, un sentimiento extraño apareció en su pecho, era cálido, muy cálido, ay nuestro querido reptil entendió lo que pasaba, entendió las palabras de Mayo.

Ya sabía quién era su destinado.

Y Trolli, pues... el había sentido lo mismo que Raptor, algo que sin dudas le causo una gran nostalgia y a la vez algo de miedo, su corazón había latido incluso más rápido y con más intensidad que cuando había conocido a Roberta, aquel sentimiento que se había incrustado en su pecho era único, se sentía hermoso, y eso le daba miedo ya que la última vez que sintió algo así... lo perdió todo.

Continuará...

ALFA GRUÑÓN/Omega Estúpido ||Rapllino||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora