¡Bienvenida a Olympe de Gouges!

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Este es el tren que lleva al internado Olympe de Gouges.

Por favor, no saques ni las manos ni los pies del asiento; los vigilantes y profesores son muy estrictos y detestan cualquier movimiento que se salga del orden establecido.

Si te dan ganas de vomitar, no te preocupes, es normal; el viaje tiene muchas curvas y traqueteos. Te vendrán bien para acostumbrarte.

No te conviene traer muchos objetos personales. De hecho, lo mejor que puedes hacer es ocultar el cariño que tienes por tus cosas o tu gente. ¿Conoces la Advertencia Miranda? Aquí la han modificado un poco: tienes la obligación de guardar silencio a menos que se te diga lo contrario, no tienes derecho a contar con un abogado (por supuesto, dado que es un tribunal quien te ha traído hasta aquí, tampoco te asignará ninguno) y, cómo no, cualquier cosa que digas puede y será usada en su contra.

Si te has molestado en ponerle candado a la maleta, deberías pensar en quitarlo. Si eres sospechoso de algo, ten por seguro que revisarán todo. Tú mismo estás siendo analizado por los expertos del lugar para evitar que hagas algún desastre.

Se recomienda que, durante el trayecto, no mires hacia abajo, ni hacia la derecha, ni a la izquierda, ni hacia el pasado; suficiente mareo va a provocarte el presente.

Si estás demasiado nervioso, tenemos una cabina llamada «el calabozo». Es el único sitio en el que puedes gritar. Pero, cuidado, si entras, tendrás que pasarte el día encerrado ahí sin apenas luz y comida.

Flexiona tus rodillas, ten la espalda recta y coloca tus brazos de modo que puedas protegerte sin causarte daño. Esto no es por tu comodidad, es defensa personal; la vas a necesitar.

Lo siento, una vez has entrado, no podemos dejarte salir. No te asustes, también habrá cosas buenas... creo.

No es recomendable fijarte en tus compañeros de viaje. Corres el riesgo de... yo qué sé, que alguien te atraiga, y después te acabes enamorando y... No, no. Olvida esa idea. No querréis estar todo el rato escondidos. Además, los romances en el internado del director Rachin no suelen desarrollarse muy bien. No deberías perder el tiempo en eso. ¡Tenemos trabajo comunitario de sobras para ti!

Por último, siendo esto quizás lo más importante de todo: no te sientes al lado de la siguiente lista de nombres (están en la lista negra). Te estarías buscando bastantes problemas. Escucha, apunta bien: Nathan (oh, Dios, evita caer en la tentación de esa sonrisa; es un pillín de mucho cuidado), Travis (los ojos negros no engañan a nadie, cariño), Edith y Max (por extensión), Aileen (creo que Nathan Davis ya va detrás de ella; te he dicho que ese chico solo se busca problemas), Jordan y Uri (también por extensión)...

Espera, espera... ¿Qué haces? ¿Que "quieres sentarte con ellos"? ¿Que "te he avisado demasiado tarde"?

Bueno, eh... vale, sí, son agradables, y eso. Eh... ¿No quieres cambiarte de sitio? ¿Seguro?

Está bien. Allá tú con tu decisión. Solo me queda decirte: ¡buena suerte!

Hasta que el cielo caiga©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora