I: Hogwarts

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Pasaba entre las gran estanterías de la tienda de mis dos hermanos mayores, rellenando los estantes de nuevo con sus respectivos productos. Solté un gran bostezo justo hoy me tocaba el turno de noche, así que me quedaría aquí hasta tarde, esa idea solo me cansaba más de lo que estaba. Los turnos nocturnos eran lo peor, aparte de que no dormías nada ese día, no hacías nada en más que mirar la puerta aburrido, nadie venía a las tres de la mañana a comprar algo. 

Lo único bueno de estos turnos es que solo eran lunes, miércoles y viernes, y tener turno de noche significaba que mañana entrabas más tarde al trabajo. Aún así, esto era muy aburrido, realmente envidiaba a Fred y George, aunque hubiesen solo aprobado tres TIMOS, crear esta tienda era un muy buena idea, literalmente, habían triunfado. Aún recuerdo la cara de mi madre al ver a los gemelos con ropa de primera calidad, incluso se podría decir que son ricos. 

Eso me cabreo en parte, mientras que ellos podía estar en su casa comprándose todo lo que quieran, yo tenía que estar aquí, básicamente trabajando para mis hermanos, no sé en que pensó mi madre al tener esta idea.

Lo peor es que ahora me arrepentía de haber roto con Hermione, es verdad que no ya no me gustaba, pero era mejor eso que estar solo. Estaba muy ocupado con el trabajo de la tienda como para irme a beber, porque los idiotas de mis hermanos no les salía de los cojones contratar a más gente, parecía que no notaban el montón de gente que podía llegar a venir, incluso con las cuatro personas que trabajaba aquí, Fred y George, no llegaríamos a ayudarlos a los que lo necesitasen.

El terminar de colocar todos los productos, dejando la caja vacía, me acerque al mostrador para dejarla. Me deje caer en el mostrador soltando un suspiro cansado. Cerré los ojos notando el sopor me llenaba. Lo único que me saco de ese estado fue unos pasos que bajaban por la escaleras, obviamente eran mis dos hermanos mayores.

Sacudí la cabeza y me incorpore intentando parecer despierto. Observe las escaleras hasta que aparecieron dos personas idénticas con rasgos parecidos al los míos. Los me miraron desde la escaleras, con una sonrisa un tanto traviesa.

— ¿Adivina qué, hermanito? — me pregunto Fred con un tono de voz burlón. 

Di un gruñido molesto, odiaba esa sonrisa y ese tono de voz, solo significaba que algo malo se les había ocurrido. Pero ahora eran mis jefes, así que en parte tenía que que ser respetuosos con ellos. 

— ¿Qué pasa?

— ¿Y ese tono molesto? Venga hermanito, alégrate, ¡es tu día de suerte! — Fred se acerco a mí y me paso un brazo por los hombros —. ¡Qué vuelves a Hogwarts!

Me quede en blanco, ¿a Hogwarts? ¿Por qué vuelvo a Hogwarts? ¿Qué cojones pasa? Mire a Fred confuso. Esperando una explicación, pero fue George quien resolvió mis dudas.

— Nos han enviado una carta diciendo que tienen problemas en la tienda por falta de personal, y nos han pedido que enviemos ayuda y ¿quién mejor que nuestro hermano menor? — Fred soltó una pequeña risa mientras George se ponía a mi otro lado pasando también su brazo por mis hombros.

Me cago en sus muertos, encima de probablemente tener más trabajo porque obviamente, ahí los alumnos iban en las visitan a Hogsmeade, tenía que quedarme ahí no sé cuanto tiempo hospedándome probablemente en un sitio super incomodo. Ademas de que tenía que pagarlo.

— Tranquilo, nosotros te pagaremos la habitación — me informo George — de hecho, ya tienes una en Las Tres Escobas.  

Fred me dio unas palmadas en la espalda dando ha entender el final de la conversación. George me guiño un ojo y siguió a su gemelo. Estaba realmente cabreado, justo yo tenía que irme a Hogwarts, sabía que eso de pensar que yo era una buena opción era una mentira, simplemente habían recordado que estaba yo en la tienda y aprovecharon, qué gilipollas

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⏰ Última actualización: Jul 21, 2022 ⏰

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