-Papeles, papeles. ¡Oh, dejame adivinar...!- Vi a mi secretaria entrar con más documentos. -¡Más papeles!
-Y un obsequio.
-¿Tuyo?-No.- Ríe ruborizada. -La señorita Franny lo trajo.- Dejo la pequeña caja en el escritorio y sonrió mientras se marchaba. -Disfrutelo.
-Vale.- Digo extrañada cogiendo la nota de la caja.
Kate
Te he visto en las portadas, guapa y cansada, nada feliz. Quizá un porro te ayude.-Ay, ¿por qué me tientan?- La última vez aposté y eché abajo una campana y un reloj.
Di una ojeada alrededor indecisa. Tal vez uno no me vendría mal.
En un mundo paralelo
-Quitarás de en medio a Clint Barton.- Ordenó Trickshot.
-Creí que ese era tu objetivo. Y el mío era Susan Bishop, hermano contra hermano, ¿no?
-No, Katie. Hawkeye debe irse de este mundo por el nuevo Hawkeye, es lo razonable.- Trickshot miró a Natasha. -Tú matarás a Susan.
-No, no, Susan es mía.
-Ya no. Natasha me dio la ubicación de Clinton, te concentrarás en eso.Trickshot acarició la cabellera de Kate sonriendo. -No me decepciones, hija.- Caminó hasta Natasha y habló entre dientes. -Te veo en mi cuarto.
Kate esperó que Trickshot saliera para mirar a Natasha. -Fuchi.
-No es lo que piensas.
-¿Qué importa lo que piense? Nunca te ha interesado.
-Me importas.Kate se ríe levantándose abruptamente de la mesa. -¿Me consideraste cuando mataste a mi novia?
-Yelena no te merece, merecía.- Se corrige.
Natasha suspira culpable mientras Kate se pone sus gafas Ray-Ban para ocultar sus ojos llorosos.
-Kate.- Se acercó titubeante. -Yelena, ella...- El móvil de Kate suena interrumpiéndola.
-¿Gwen?- Kate respondió ignorando a Natasha.
-Olvidalo.
Natasha se retiró mientras Kate iba a la terraza para encontrar a Ghost Spider.
-¿Gwen, qué pasa?
-Te necesito.- Sujetó su cintura y saltó del edificio cayendo en un callejón. -Scarlet Witch está causando caos en el multiverso. The Young Avengers necesita a su líder de regreso.
-Tienen a Patriot, resuélvanlo.
-Él no es tú.Gwen se quitó su máscara y la miró con sus agudos ojos verdes esmeralda, sabía que así no se negaría. -Venga, Katie. Necesito a mi Hawkeye.
Necesito a mi Hawkeye.
Esto le hizo venir a la cabeza otro momento, otra rubia, otra forma de amar. -No digas eso, no así.- Se ahuyentó.
-Aguarda, ¡Kate!- Gwen observó como se fragmentó su mundo y Kate desapareció. -¡Kate!- Perdió la calma buscándola.
Mientras tanto Kate corrió a la Bishop Tower para hallar su arco y notó la alteración en la calle. Se frenó en seco. -¿Qué demonios?
El claxon de un coche le alerta y volteó sintiendo el golpe contra este y al instante quedó inconsciente.
De regreso al mundo de Kate con mota
-¡Mierda!- Salgo del coche disparada. -¡Mierda! No, no.- Me asomo para examinar el cuerpo tendido.
Después de fumarme algunos porros decidí que no haría nada productivo en el trabajo e irme a casa, no esperaba matar a alguien. Debo llamar a Clint.
-¿Kate? Confío en que es una emergencia.- Sonó aburrido.
-He matado a alguien, creo.- Lo oí exclamar de sorpresa pero proseguí mi logorrea. -He estado hecha papilla desde las fiestas, hacerme cargo de la empresa y romperme la cabeza por la desaparición de Yelena me indujo a la marihuana.
-¿Qué? ¿Qué tiene que ver Yelena aquí?
-La invité a una copa, aceptó y se hizo humo. Quiero volver a verla.- Hice pucheros.
-¡Kate!- Se quejó. -Enfrasquémonos en el muerto.
-Claro.
-Busca su identificación.Rebusqué en los bolsillos de su jean negro pero no había nada. La moví y soltó un gemido. ¡Está viva! Le quité el cabello de la cara y me topé con mi propio rostro.
-Clint.
-¿Qué?-Soy yo.- Estudio su apariencia con agitación.
Tenía un traje heroico similar al mío pero más oscuro, sus rasgos son más maduros. Todo en ella es semejante a mí.
-¿Qué?
-Es como mi doble.Clint no abrió la boca por unos segundos y me desespero.
-¡Clint!
-Voy para allá.Miré alrededor inquieta. -La llevaré a mi nuevo apartamento. Ya te pasaré mi dirección.
-Bien. Pero no más mota, Katie.
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RomanceKate Bishop no ha tenido alguna aventura desde las festividades, hasta que literalmente una se choca contra su coche convertible.Yelena Belova andaba a la caza de la arquera hasta darse cuenta que hay dos de ella.