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—Gracias por llegar a mi vida Olivia Scamander.
—Eso debería agradecértelo yo James Potter.
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Olivia Tina Scamander, hija de Artemis y Linette Scamander, es a su vez nieta del grandioso Newt Scamander y nieta de la increíble Tina Goldstein aunque ahora era Scamander.
Era una chica demasiado tranquila, logrando tener los mismos gustos que su abuelo, aunque también tenía gustos parecidos a su padre Artemis.
Olivia y James se conocen desde que son unos bebés, porque los padres de ellos fueron mejores amigos en Hogwarts y siguieron siéndolo después de Hogwarts. Y bueno que mejor que sus hijos también fueran mejores amigos, aunque como es habitual las madres ya les tenían un hermoso futuro, típico de película muggle. Por obvias razones ellas no les obligarían a nada, que el tiempo y el destino según ellas los unieran si los tuvieran que unir.
Era evidente que James y Olivia eran el hilo rojo del otro.
¿Pero de qué se trataba el hilo rojo?
La leyenda afirma que aquellos que estén unidos por el hilo rojo están destinados a convertirse en almas gemelas, y vivirán una historia importante, y no importa cuánto tiempo pase o las circunstancias que se encuentren en la vida. El hilo rojo puede enredarse, estirarse, tensarse o desgastarse... pero nunca romperse.
Obviamente, todos sabían que James y Olivia eran el uno para el otro, menos ellos dos. Una era lo bastante despistada para darse cuenta y el otro era demasiado miope. O tal vez los dos lo único que estaban haciendo era ocultar sus sentimientos por el otro para no estropear su amistad de años.
Voldemort había sido destruido años atrás por Dumbledore y ya no había preocupaciones, gente que tal vez su destino fuera ser mala ahora tendría una segunda oportunidad para ser feliz.
Las cosas iban demasiado bien.
¿Podrían Olivia y James arriesgarse a confesar lo que sienten? ¿O el miedo les impedirá hacerlo?
