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Todo el mundo sabía que Harry Potter era como el perrito faldero de Albus Dumbledore, el director de el Colegio Hogwarts, de magia y hechicería. Todos estaban acostumbrados a que este dejase votadas las clases con tal de ir a hacer los mandados del mismo.

Es por ello que en todo el Colegio se corrió rápidamente el rumor de que Harry Potter se había "revelado" ante el director por la forma en que le respondió en clase de pociones. Aunque algunos daban crédito a la explosión que hizo la poción de Neville, todos aseguraban que Potter había dejado salir lo que realmente sentía por los tratos del mayor hacia él.

Después de todo, era demasiado claro que solamente lo utilizaba a su antojo. Cualquiera estaba de acuerdo en que a pesar de no ser algo típico de él, se había visto genial.

Si a Draco Malfoy le hubiesen dicho que vería una faceta así de Potter, se habría reído a carcajadas hasta sentir su estómago doler

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Si a Draco Malfoy le hubiesen dicho que vería una faceta así de Potter, se habría reído a carcajadas hasta sentir su estómago doler. Pues para él, y todo Hogwarts, Harry era un chico bueno, alguien que no pondría en duda lo que se le pedía/ordenaba hacer.

Apostaba que aunque se lo hubiesen contado, no habría creído ni una sola palabra. Es por ello que agradecía haberlo visto con sus propios ojos, la manera en que Dumbledore paso de lado que literalmente acababan de levantar a Harry del piso por un accidente con una pocion lo molesto hasta a él.

¿No se suponía que al ser el director de Hogwarts, debería de poner primero la seguridad de los estudiantes por encima de cualquier problema del Colegio?

Pues aquel viejo acababa de dejar en claro que para él solo importaba los problemas que sucedían en la escuela. Draco estuvo a punto de rodar los ojos y volver a sus deberes cuando escucho la forma en que Potter le habló al mayor.

Debía admitirlo, a su punto de vista había sido algo sexy. Pues siempre le había oído hablar de forma correcta, sin faltarle al respeto a nadie.

Ni siquiera a Snape, y eso que no parecía tener gran cariño por el profesor de cabellos oscuros. Pudo jurar ver una pequeña sonrisa en los labios de Snape al verlo reaccionar de aquella manera, y no lo culpaba.

El igual quería sonreír y reír en la cara de aquel anciano cuando Potter se fue, dejándolo en medio de todos los alumnos de Gryffindor y Slytherin. Completamente humillado y dejado de lado.

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