Te quiero, me lo dijiste un día cualquiera, un día que no prometía ser diferente a los demás. Sonó aquella notificación y vi tu mensaje en la pantalla de mi celular, quería abrirlo y decirte al instante que yo también a ti, que el sentimiento era más que mutuo y que era completamente correspondido, pero el miedo y la idea de que fuera un juego me frenaron, deje tu mensaje ahí, deje tú "te quiero" en la pantalla para verlo cuando prendiera mi celular, como si quisiera que se mantuviera así por siempre, como si pensara que responderlo iba a arruinar todo.
Y es que para mí la idea de querer a alguien no es fácil, te abres a una persona le brindas tu confianza y tarde que temprano te pueden terminar jodiendo la vida. Lo irónico y cruel, es que tú tienes la libertad de elegir quien te la jode, y cariño definitivamente quiero que seas tú.
Me gustaría que el miedo ruede colina abajo y se vaya, que rompamos todas las historias tristes de nuestro pasado, que nos arriesguemos a vivir nuestro presente y tener la loca idea de imaginar un pequeño futuro juntos, que ese "te quiero" que te animaste a escribir primero sea la puerta a una fantasía hecha realidad.
Así están las cosas hoy, quizá esas ideas yo las frene porque no obtuviste la respuesta al mensaje que tu querías, desafortunadamente no sabes lo que siento por ti y ojalá por cosas de la vida leas estas palabras y te des cuenta que cada letra tiene tu nombre y cada tilde acentúa lo que siento por ti.
Y te quiero, sin duda alguna, yo también te quiero.
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