Conceptos. [Zodiaco Bl]

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Sinópsis: Capricornio es un alumno aburrido y pesimista que se vuelve el centro de atención del alumno más popular, quién lo hará vivir una montaña rusa de experiencias en un intento para ayudarlo a socializar.

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Se levanta tras escuchar el irritante sonido que crea su alarma. Apesar de estar despierto no se mueve de su lugar, metido en su mundo mientras analiza su calzado, que en ese momento de pereza es como una joya entre piedras.

Cuando nota que pasó más tiempo del recomendado analizando algo tan trivial como sus zapatillas se las coloca con la misma pereza de siempre.

No es muy temprano, sin embargo despertarse tan abruptamente siempre es cansado y doloroso, pero sin importar que cansado este se levanta de la comodidad que brinda su cama para caminar directamente en la cocina y empezar su cotidiana rutina.

Se prepara el desayuno más simple de la tierra y lo come con la misma simpleza. A lo lejos escucha a (lo que asume) su madre levantarse para meterse al baño, lo que lo retrasaría si no fuese algo tan malditamente cotidiano.

Termina de comer y después de arreglarse bien su uniforme, es cuando su madre (como predijo) sale del baño y camina nuevamente a su cuarto sin siquiera saludarlo, algo que como siempre, termina siendo muy cotidiano.

Hace sus necesidades y camina rumbo a su escuela, en una camina que, como era de esperarse, es igual de cotidiana y aburrida como su propio ser.

Con ese paso lento y con el amanecer en frente de sus ojos camina con notoria desgana.

Al llegar no se sorprende en ver qué las puertas aún no se abren y que de igual manera su alrededor está casi vacío. Después de más minutos (completamente inservibles por qué nadie más llegó) abren las puertas dejándolo entrar en su sosa y aburrida escuela.

Las paredes pintadas (algo desgastadas pero no muy notorias) le dan la bienvenida en su habitual lugar de espera. Si bien llegan más alumnos ninguno termina siendo el dueño de su suplicante mirada. Su único amigo no llega y siente su común pánico por quedarse completamente solo en ese nuevo día escolar.

Se tarda algo de tiempo y por fin se escucha el sonido del inicio de clases, lo que le corta la esperanza de golpe; su amigo había faltado dicho día.

Resignado y agotado mentalmente, camina por las escaleras repletas de adolescentes que hablan entre si. Prestando nula atención a su entorno entra en el salón, algunos alumnos ahí adentro siguen hablando al notar que no era nadie importante.

Aburrido se sienta en la mesa hasta delante, como si quisiera castigarse a si mismo. Saca sus cosas (una pluma negra y el cuaderno de la materia) y pone la fecha de ese día, Un día que sabe no promete nada.

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¿Cómo llego a eso?

No sabe bien que responder, tiembla de sincero terror ante la imagen de aquella chica desplomada en el suelo. El maestro al cuidado solo le insiste que se levante y ella no obedece en lo absoluto.

No puede más, se reiría como el chico al lado suya que posa con plena confianza su brazo sobre su hombro, pero no lo hace, porque el no es alguien que suele interactuar con otros seres humanos fuera de su mejor amigo y todo esto le daba jaqueca.

Lo único que pasa por su mente es una súplica, una que insiste en no recibir ningún recado, porque eso sería la gota que derrame el vaso, un vaso muy pequeño y estrechó de ansiedad.

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Todo comienzo con una petición tan rara y ,para agregar a su mala intuición; repentina.

Una nota sin esfuerzo que golpea su mesa, claro que como buen antisocial, creyó fielmente que fue un error el que haya caído ahí, aún así tampoco la abrió, porque no tiene la confianza suficiente para enfrentar las consecuencias de chismorrear en cosas ajenas. Así que fiel a su posición gira la cabeza en busca del dueño para devolverlo y en esa búsqueda se topa con unos penetrantes ojos que brillan como brazas ardientes.