Me creerías si te digo que mi mente no te recuerda también como mi corazón lo hace. Tan claro como el agua.
Que cada latido es con la esperanza de tu regreso, que de cada suspiro eres el dueño de mi aliento, que siempre que sueño es con la ilusión de que al despertar por fin podre recordar con claridad. Cada toque, cada palabra, cada promesa y cada detalle que tuviste conmigo en aquella vida pasada.