Carretera con Sol

Capitulo 2

<<Sol>>

Por suerte no había terminado haciéndole compañía a algun maniático. Ahora estaba al volante y Alejandro estaba en el enésimo sueño. Podía dar vuelta atrás, pero..¡Nunca había salido de la capital! No sabía ccómo llegar e incluso si lo lograba, él  debió de haber estado muy preocupado como para no darse cuenta de que había alguien más en el auto y no parecía mala persona, asi que esos pensamientos no duraron mucho.

Eran casi las ocho de la mañana  y yo me estaba muriendo de hambre. No había comido nada desde la tarde anterior y ya sonaban mis tripas. Lo malo era que no veía ningún lugar para comer en el camino.

Entonces recordé que él hacía este viaje, que era como de tres dias, y que iba de visita, asi que tendría una maleta  o bolsa escondida con alguna bebida por lo menos. Ante mi debilidad, aparqué el carro a un lado de la autopista cuidando de que Alejandro no se despertara y la verdad, ahí me dí cuenta de que dormía como una piedra.

Primero salí del vehículo para abrir el maletero pero allí solo encontré una maleta que me atreví a abrir pero en la que solo encontré un poco de ropa.

《¡Ay, mi madre! Voy a tener que estar con la misma ropa todo el recorrido.¡Que asco!》-pensé y por mi mente pasó rápidamente pedirle a Alejo una muda cuando tuviera oportunidad.

Y gracias a ese pensamiento pude acordarme de llamar a mis tíos en Holguín, quienes sabrían cuidar de mi y protegerme de mi papá hasta encontrar una razón para persuadirlo.

Marqué el número en mi celular y mi tío no demoró en contestar.

-Oigo

-¿Tío? Soy Sol¿Como estás?

-¡Sol!¿Dónde estás niña? Tu papá está preocupadísimo por ti. Te está buscado por todas partes

-Sí. Él debe estar enfadado conmigo

-¡Qué va!Él esta histérico porque no puede encontrarte ¿Dónde estás?

-Bueno, tío. Estoy en carretera. Voy para allá.

-¿Para dónde?

-Para tu casa. Por favor déjame quedarme allá unos días.

-Oye, Solecito, tu sabes que tu tía y yo te queremos con el alma  pero no te puedes quedar aquí.

-Por favor, tío. Solo serán unos días. Hasta que me arregle con mi papá. Solo será un corto tiempo.

-Ay, sabes que eres mi sobrina favorita, no te puedo negar nada

-Soy tu única sobrina, tio. Por cierto, ¿cómo está mi tía?

-Bien. Ella siempre esta ayudando en el barrio, por lo que no esta aquí ahora...Sol,¿cómo estás llegando?

-Voy con una amiguita mia que quizo hacer un viaje en auto.

-Qué bueno que estas acompañada.

-Tío, no le vayas a decir nada a mi papá, que sabiendo como es, podría esperarme allá con un saco para llevarme de vuelta con todo preparado.

-Está bien. Eso sí, le voy a decir que estas bien y que hablaste conmigo

-Está bien y dile que no me llame mas al celular, que tuve que apargarlo

-Sí. Cuídate por allá.

-Ustedes también. Nos vemos

-Besos

-Chao

Inmediatamente de terminar la llamada  mi apetito volvió. Cerré el maletero ya que no había nada comestible allí y por eso pensé que habría algo en el asiento trasero.

En efecto, encontré una bolsa con unos pomos con agua pero nada de comida. En ese momento, con el sonido de la puerta que cerré, se despertó Alejandro

-¿Sol?

-Aquí atrás-dije inocente

-Soledad, puedes decirme...¡¿qué hacemos parados mientras tu haces lo que ni el diablo sabe allá atrás?!-gritó muy alterado

-Pero..

-De peros nada. Tengo un hombre moribundo al que tengo que ver. ¡No estoy para las tonterías de una niñita!-gritó

-Pero yo..

-Vamos, a partir de ahora yo manejo. No creas que te vas a salvar de explicarme todo esto.

Cuando mire mi reloj eran pasadas las 8 y media. Por lo que Alejandro había dicho, el tiempo perdido debía ser uno del  que no disponía, y con solo ver su cara me asustaron las consecuencias.