¡¿Cómo qué los omegas tienen vagina!?

Donde cabe uno caben dos. [pt1]

⚠️ Desnutrición, vómito, agresión física, groserías, clasismo, mención de uso de drogas y homicidio, leves pensamientos suicidas y autolesiones.

Manejar una carreta en la antigua China de fantasía con calles que no conocen ni conocerán el pavimento es un auténtico infierno, un caluroso infierno de pacotilla; no hay cosa que Shang Huan extrañe más que el milagro del pavimento... y ¡Oh! el aire acondicionado moderno tan fresco contra su piel cada vez que iba a comprar sus preciados fideos de la semana. ¡Mmm, que preciosa vida que llevaba en ese entonces! Lamentó, recordando el comfort del mundo moderno y sus favoritos fideos instantáneos.

Ante la idea de comida su estómago revoloteó ansioso, vacío desde que se oportunó escapar de aquella chusma[1] que debía convenir como familia. En ese sitio de mala muerte tenía que conformarse con poder encajarle el diente a un pan duro de entre las sobras y si contaba con la suerte suficiente este tendría algo de relleno carnoso dentro. ¡Eran peores que su primera terrible familia!

¡Hasta nunca más, basura!

Ahora solo tenía que encargarse de su indeseada carga a sus espaldas.

Sus brazos se sienten temblorosos del esfuerzo, sus manos se han magullado contra las rugosas riendas de cuero, sus piernas tiemblan de cargar su peso y  sus glúteos se han amasado tanto contra los duros asientos que Shang Huan teme haberlos convertido en tortilla. ¡Incluso si no tuviera muchas nalgas para empezar aún así apreciaba los pequeños colchoncitos que tenía por posaderas, ahora mientras sus delicados huesos azotan sin piedad contra el incómodo asiento solo puede lagrimear su pérdida!

Entre gimoteos quedos por el maltrato a sus nalgas los hambrientos pensamientos de Shang Huan fueron opacados eficientemente, casi como si no estuvieran ahí carcomiendo sus entrañas con rugidos extraños y lastimeros.

Una ventaja de tener múltiples penurias para escoger.

— ¡Maldito camino pedregoso basura y este insufrible sol de pacotilla! ¿Qué no tienen piedad de su trágico creador? ¿Ehh? — masculla[2] amargo con la bilis reuniéndose repulsiva entre sus dientes. ¡El es un joven omega débil y desnutrido; no está hecho para escoltar peligrosos individuos potencialmente próximos verdugos de sus salvadores, heridos e inconscientes en carretas de quinta!.

¡Oh, y ni recordar al moribundo príncipe!

¡Shang Huan se siente desfallecer con tan solo imaginar el magullado cuerpo del joven príncipe brincoteando incómodo en el fondo de la carreta (como sus nalgas en el asiento) sin consideración alguna de sus heridas o peor aún, su estatus social!

— ¡No te preocupes hijo mío, laoshi[3] cuidará bien de ti! — canturreó contento cuando un inesperado bache en la carretera causó revuelo a sus espaldas, un estruendoso golpe "Pha" en la vieja madera y luego un quedo gruñido como queja.

Shang Huan no pudo evitar el estremecimiento que recorrió su cuerpo; muy lentamente, casi temeroso por el resultado echó un ojo a su inconsciente carga. Ahí enredado entre mantas descolocadas se encontraba el cuerpo del príncipe en una posición incómoda, sus extremidades extendidas en diferentes direcciones mientras su rostro se inclinaba bajo sobre su pecho, como si hubiera intentado acostarse en una silla individual durante un estado alto de ebriedad y obteniendo un resultado desastroso pero no lo suficientemente como para leventarse y moverse otra vez.

El joven Shang Huan se reiría de la extraña posición como desquiciado si no estuviera lo suficientemente aliviado por su buena suerte por una vez en su vida.

¡Si el sanguinario príncipe se hubiera despertado en tan terribles condiciones ya no habría Airplane para contarla!

En cuanto el joven príncipe despierte entre retazos de tela y madera vieja maltratando su noble cuerpo, no pensará dos veces los hechos ante él antes de arremeter contra éste quien lleva las riendas de la carreta en la que se encuentra. ¡El muy mal agradecido seguramente se levantaría solo a destriparlo o deshollarlo!, ¡Y sin siquiera hacer preguntas primero!