𝐸𝑛𝑡𝑒𝑙𝑒𝑞𝑢𝑖𝑎 ₊˚.༄ 𝑉𝑀𝑖𝑛

⊰ ℬ𝑒 𝒸𝓊𝓉𝑒 ⊱

Un conejito negro parado en sus dos patas traseras mira a ambos individuos moviendo su pequeña nariz.

Ambos chicos observan al conejo con ternura.

-Solo era un pequeño conejo, somos unos paranoicos -se levantó agarrando su mochila, buscó algo dentro de está y al sacar su mano tenía una bolsa plástica con trocitos de zanahoria.

-Nam, esto no es un zoológico, no puedes alimentar a los animales de aquí -observo como su amigo se iba acercando lentamente al conejito.

El pequeño animal volvió a colocar sus patas en el suelo y levanto ambas orejas al ver a un desconocido acercarse a él.

-Hola pequeñito, no quiero hacerte daño, mira -pone un pedazo de zanahoria sobre su mano y se la enseña al animalito.

El conejito negro mira fijamente la mano sin moverse, mueve su pequeños bigotes y entonces se acerca despacio hacía Nam, una vez que está cerca olfatea la zanahoria en su mano.

-Que lindo es -Jimin se había acercado siendo lo más silencioso posible para ver al pequeño amigo.

El conejo nota se presencia y se aleja pero la ver bien si cara, hace un pequeño sonido antes de ir corriendo hacia él lanzándose y siendo atrapado entre las manos del chico. Jimin sostuvo al conejito con delicadeza, maravillado por el gesto del animal. Su corazón se llenó de alegría al sentir la confianza que el conejo depositaba en él.

-Es increíble, ¿verdad? -susurró Jimin, admirando al conejito en sus manos-. Parece que este pequeño ha encontrado un refugio en nosotros.

Namjoon asintió, compartiendo la emoción de su amigo.

-Creo que hay algo especial en ti, Jimin. Los animales parecen sentir tu bondad y confiar en ti. Es un don maravilloso.

Jimin sonrió, sintiéndose valorado y comprendido. Estaba seguro de que su conexión con los animales no era simplemente una casualidad, sino algo más profundo.

Ruborizado, Jimin se sintió cautivado por la conexión especial que estaba formando con el conejito negro. Sin pensarlo dos veces, acercó suavemente su mano para permitir que su amigo Namjoon también acariciara al adorable animal.

El conejito respondió con entusiasmo, moviendo su pequeña nariz y permitiendo que ambos chicos lo mimaran. Era como si el animalito supiera que estaban allí para brindarle cariño y protección.

-Es increíble cómo los animales pueden percibir la bondad en las personas -comentó Namjoon con admiración, mientras acariciaba suavemente al conejito-. Realmente tienes un don especial, Jimin.

Al sentir otra presencia cerca de él, el conejito voltea su cabeza, bajando las orejas y retrocediendo en las pequeñas manos de Jimin. Ambos chicos se miran con curiosidad y cierta confusión.

-Parece que algo le ha asustado o incomodado, ¿no crees? -comenta Namjoon, observando al conejito mientras Jimin suavemente acaricia su cabecita.

Jimin frunce el ceño, sintiendo una ligera preocupación por el bienestar del conejito. Le preocupa que algo haya perturbado a la pequeña criatura.

-No sé, parece que algo lo ha asustado. Tal vez deberíamos dejarlo en paz por ahora y ver si se siente mejor después.

-Es lindo, pero no puedo llevármelo y alejarlo de su hogar. La ciudad no es un lugar adecuado para un tierno conejito como él. Estaría encerrado todo el día en mi casa y mis hermanos podrían hacerle daño -sonríe mientras observa al animalito acomodarse en su mano, luciendo somnoliento.

Namjoon asiente con aprobación y le da dos palmadas suaves en el hombro, acompañadas de una gran sonrisa.

-Excelente respuesta, Jimin. Estoy orgulloso de ti, amigo.

Jimin devuelve la sonrisa, formando un encantador eyesmile, y se prepara para responder, pero una fuerte brisa interrumpe su momento.

"Es hora de regresar, Jungkook"

El conejo reacciona y se baja de la mano de Jimin de un salto, saltando largo y alto hacia el bosque a ver a su persona favorita. Conforme se va acercando a las profundidades del bosque siente un cambio extraño en su persona. Siente frío, sus patitas sensibles, su nariz deja de percibir ciertos olores y ve las cosas desde una altura diferente a lo habitual. -Bienvenido, conejito traidor -alza la vista y aprecia al hermoso ente que cuido de él todos estos años.

-Hyung... -susurra Jimin, sorprendido por la aparición del hombre con un aspecto envidiable y un rostro que irradia una belleza divina, incapaz de apartar la mirada de él.

Aunque el hombre es atractivo, nadie puede compararse con la presencia del ser etéreo que siempre ha velado por todos en el bosque.

-Sé que has estado más allá de los límites del bosque, lo sé todo -dice el ente acercándose a Jimin y extendiendo su mano para ayudarlo a levantarse.

-Pero hyung... -Jimin hace un adorable puchero, su rostro angelical podría derretir a cualquiera, pero no al ente.

-No me hagas esas caras, eso no funcionará conmigo -dice el ente, mientras le pica suavemente la nariz con el dedo.

-Es que ¿Recuerdas al niño que se perdió y al que ayudaste a salir? -responde el ente, observando al humano-conejo que parecía emocionado, saltando en su lugar como si aún fuera un conejito.

-Sí, lo recuerdo bien. Era un bebé adorable, amable y bien educado mientras estuvo aquí, a diferencia de otros, ¿verdad? -Sonríe al ver cómo deja de saltar. Aunque no era malo, el ente estaba preocupado por él.

-Eso no es lo importante, hyung. El chico bebé está aquí, pero es muy diferente a la última vez que lo vimos -dice mientras toma las manos de su hyung y las coloca sobre su cabeza- Me acarició mucho y me consintió un rato junto a otro individuo que sugirió llevarme con ellos a la ciudad.

El ente se siente horrorizado y retira rápidamente su mano de la cabeza de Kook, apretándola en un puño.

-Pero hyung, el chico del que habló no lo permitió. Él dijo que la ciudad no era para mí y que mi lugar está aquí contigo -dice mientras rodea la cintura del ente con sus brazos y recuesta su cabeza en su vientre.

El ente siente un gran alivio al escuchar eso y corresponde al abrazo con una pequeña sonrisa, ocultando su angustia.

El ente aprieta con determinación los puños y mira fijamente al horizonte, su expresión seria y decidida muestra su determinación de proteger al pequeño conejito y asegurarse de que nadie lo aleje de su hogar en el bosque.