⊰ ℬ𝑒 𝒻𝓇𝑒𝑒 ⊱

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Entre los majestuosos y poderosos árboles, se percibe el susurro del viento, ansioso por revelarte un secreto. A través de caricias juguetonas y una fragancia fresca y suave, el bosque busca comunicarte algo que solo unos pocos pueden oír, pero solo los sensibles pueden comprender. El eco de una voz profunda te invita a aventurarte en lo más profundo de este bosque, su canto suave y encantador te hipnotiza.

Vante es el nombre del espíritu protector de este bosque, guardián contra los corazones sin empatía que buscan destruir su hogar y el de otras criaturas. Su figura delicada no es digna de ser contemplada por ojos mortales, y su exquisita voz no tiene igual, excepto para uno.

Un hombre tan cálido como el verano y con una voz angelical, comparable a las flores de primavera. Fuerte como para resistir los fríos inviernos y sensible como las gotas de lluvia en otoño. Este ser es el amado de Vante, que acude corriendo en busca de su compañero con cada cambio de estación. Es el único ser humano con la sensibilidad necesaria para presenciar la divinidad de Vante y escuchar su melodiosa voz.

Park Jimin, tan solo un niño en aquel entonces, se adentró en el bosque persiguiendo a un pequeño conejo negro. Siguió al animalito hasta las profundidades del bosque, pero cuando lo perdió de vista, se sintió perdido y desorientado. No sabía cómo regresar. El bosque parecía un laberinto sin escape y la noche caía lentamente. El miedo y el frío se apoderaron de él, y el niño se sentó en un tronco cerca de un hermoso lago cristalino, llorando.

Pensó en sus padres, hermanos y amigos que estarían preocupados al no encontrarlo en la cabaña donde pasaban las vacaciones de invierno. Abrazó sus piernas y ocultó su rostro entre sus brazos, tratando de contener los sollozos. El conejo, que antes había sido perseguido por el niño, se acercó cauteloso. Al ver que Jimin no le prestaba atención, se acercó con más confianza y olfateó sus medias blancas.

En ese momento, un susurro rompió el silencio: -Jungkookie.

El conejo apartó la mirada del niño y miró hacia arriba, esperando algo que no sucedió. Jimin levantó la cabeza y vio la mano de aquel niño lloroso posada sobre su cabeza. Era cálida y tan pequeña como él. Permitió que lo acariciara mientras observaba atentamente cada movimiento.

Jimin se sorprendió al sentir la nariz húmeda del conejito en su pierna, lo que lo hizo detener sus sollozos. Sonrió al encontrarse con los ojitos negros del pequeño animal.

-Yo soy Jiminnie, un gusto conocerte, conejito -dijo Jimin mientras tocaba la nariz del animalito con su dedo índice. El conejito, Jungkook, movió su nariz como si estuviera respondiendo, lo que hizo reír al niño. Su risa resonó por todo el bosque, un sonido melodioso y hermoso que atrajo la atención de todos los seres que lo habitaban.

El conejito, Jungkook, saltó al regazo de Jimin y comenzó a olfatearlo, encontrando agradable el dulce aroma que desprendía. Se acomodó como pudo, escondiendo su carita entre sus patitas delanteras, y cerró sus ojitos para dormir un rato.

-Jungkook -el viento acarició al pequeño animal, y esta vez lo escuchó. Sin embargo, Jungkook prefirió seguir durmiendo en ese cómodo lugar que eran las piernas del niño que había encontrado. - Jungkook, ven acá -el viento sopló un poco más fuerte, y el conejito abrió sus ojitos, bufando mientras su pelaje se despeinaba por la brisa.

-¿Qué pasa? ¿Estas molesto? -preguntó el niño, haciendo un puchero al ver cómo Jungkook se levantaba, listo para saltar. Antes de que pudiera hacerlo, otra brisa empujó con delicadeza el cuerpo de Jimin.

Jimin miró detrás de él, esperando encontrar a quien lo empujó, pero no había nadie. Confundido, se agachó para recoger al conejito que se había caído de su regazo. Sin embargo, el viento volvió a empujarlo, y una brisa más fuerte agitó unos árboles en particular, revelando un sendero oculto.

Dubitativo, Jimin se paró al inicio del camino, indeciso sobre si seguirlo o no. Otra brisa lo acarició, y pudo escuchar un sonido, o más bien, una voz.

-Sigue el sendero y encontrarás a tus seres queridos. Ten cuidado en el camino, Jiminnie -resonó una voz delicada en sus oídos, llenándolo de una extraña sensación de tranquilidad. Decidió seguir las indicaciones de la voz, caminando por el sendero que hasta ese momento no había notado.

El pequeño Jungkook intentó seguir a su amigo, pero nuevamente una brisa fuerte lo detuvo. El conejito chilló cuando su pomposo trasero tocó el suelo.

-Tú no vas a ningún lado, pequeño travieso -susurró la voz del viento, que ahora sonaba más cercana. Entonces, una sombra humana apareció detrás del conejito. Era Vante, el espíritu del bosque. - Tus padres te están buscando -continuó Vante. El reconfortante aroma del espíritu tranquilizó al conejito, quien automáticamente se volvió cariñoso, restregando su naricita en los delicados tobillos del espíritu protector del bosque.

El espíritu sonrió y, con extrema delicadeza, tomó al pequeño conejito entre sus manos, llevándoselo consigo. Desapareció entre los árboles como si nunca hubiera estado allí.

Sin embargo, el espíritu no se percató de que un niño se había escondido a lo lejos, entre los árboles, solo para observar la figura delicada del ser que deseaba ayudarlo.

Jimin nunca podría olvidar esa sonrisa peculiar y la apariencia angelical del espíritu. Quedó grabada en su corazón como un recuerdo imborrable.


Próximamente...

.。*♡ 𝐸𝑛𝑡𝑒𝑙𝑒𝑞𝑢𝑖𝑎 .。*♡

𝐸𝑛𝑡𝑒𝑙𝑒𝑞𝑢𝑖𝑎 ₊˚.༄  𝑉𝑀𝑖𝑛Donde viven las historias. Descúbrelo ahora