02 • Sueños

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♛︎: Ama la vida que vives, vive la vida que amas. 

Esas fueron las palabras que el rey dedicó de despedida a su planeta Betelgeuse, sin dudarlo algo que se llegaría a convertir en un fragmento más de la historia en el universo.

Dice observó como Betelgeuse comenzó a desaparecer en polvo de estrellas pues mientras se destruía el planeta Dice seguía siendo prisionero de su cruel destino. Se sentó bajo la sombra del árbol cerrando los ojos esperando a que también su vida fuera consumida por la oscuridad, pero eso jamás pasó. 

Cayó dormido comenzando a soñar.

Era el comienzo de una mañana, los rayos del sol comenzaban a asomarse por la ventana en mi habitación. A lo lejos escuchaba como las aves comenzaban a despertar pues estaba floreciendo la vida de las especies.

"Asuka" escuché a lo lejos. Parecía la voz de mi madre pero aún estaba despertando como para prestar atención a esos detalles, dolían un poco mis ojos pues la noche anterior había pasado una larga noche de estudio sobre astrología, era interesante, a tal grado que olvidaba mi entorno. Podía pasar el día entero sin comer sumergiéndome en las maravillas que contenían los libros, tristemente no podía enfocar mis estudios solo a ello, saber de alquimia, historia, música, política, astrología y herbolaria eran materias importantes en mi formación como heredero pues era mi responsabilidad a tan solo 14 años saber sobre mi planeta y como poder entenderlo en base a todo lo que me rodeaba. Quizás suenen materias sencillas pero cada año debía aprender nuevas materias, así fue desde que tengo memoria.

Nunca conocí a otras personas más que a mis padres, sirvientes, mensajeros y algún raro visitante de otros planetas, los amigos no tenían lugar en el vocabulario real pues quitan tiempo haciendo distracciones además de que es muy probable que te traicionen tan solo por mencionarles un título que para mí nunca tuvo mayor importancia.

¿Por qué alguien que lleve nombre "importante" debe ser blanco de tales daños? Solo era un joven en busca de conocer sobre lo que me rodeaba, ¿Acaso un "amigo" era tan peligroso? Nunca lo experimenté, siempre me hablaron con respeto así como yo me dirigía a ellos por igual. 

Después de divagar un poco sobre mis crisis existenciales bajé de la cama y ahí estaba mi madre esperando en el marco de la puerta de mi habitación. Ella siempre se veía poderosa, sus ojos eran idénticos a los míos, el color de su cabello variaba en tonalidades morado/azules y siempre lo tenía largo y suelto. "Asuka, buenos días" siempre iba a saludarme a pesar de que yo debería ser el que se presentara a la habitación de sus padres a mostrar respetos.

♛︎: Reina Otome Tohoten, es un placer verla como todas las mañanas. —Contesté aún adormilado, que mal educado de mi parte—.

Entró sin más a mi habitación y abrió las cortinas para que se filtrara la luz solar. Parecía hablar sobre algo; "Luna de fresa" articularon mis labios.

Hoy era una mañana importante pues debía asegurarme de que los cultivos a los alrededores del palacio estuvieran sanos para la ceremonia de la Luna de fresa. Un evento anual y de suma importancia ya que al alzarse la luna con tonalidades fucsias, llenaba de suelos fértiles y abría las flores que en el futuro se convertirían en alimentos.

Vi a mi madre salir de la habitación y los sirvientes llegaron a terminar de alistarme. Una vez estuve listo los acompañé al comedor donde otra vez mi padre el rey Mikado Asuka no se encontraba, ¿A dónde había ido? siempre estaba ocupado manteniendo las zonas del planeta sin conflictos, ayudando a la población de escasos recursos con apoyo del palacio, mi madre se encargaba de los asuntos externos entre planetas y yo aprendía de ella todo lo que podía.

𝘚𝘵𝘦𝘭𝘭𝘢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora