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"El clima nevado suele venir acompañado con un profundo sentimiento de melancolía que hace doler al corazón"
Esa es la primera impresión que se llevan la mayoría de foráneos, aquellos que no tuvieron la fortuna de nacer en la helada Snezhnaya, y que, por primera vez, sentían la brisa helada azotar contra sus rostros acostumbrados al cálido clima del resto de naciones en Teyvat. Snezhnaya era tan distinto al mundo allá a fuera, no solamente en su clima, si no es su forma de vivir. La nación de la Arconte Cryo era sin duda un mundo nuevo que únicamente podía ser querido por los dichosos que crecieron junto a ella.
Para Tartaglia, esa brisa helada le provoca un sentimiento cálido por más irónico que suene. El frío chocando contra su cuerpo y el vaho saliendo de sus labios le recuerdan a los momentos en su hogar que tanto añora cuando es enviado lejos de su querida nación. Si, quizás la vida había sido dura con él durante su infancia, pero ahora estaba en el camino de un guerrero. Tenía un puesto importante como uno de los Heraldos, además de haber perfeccionado sus habilidades para el combate durante los últimos años lejos de casa. Era más fuerte y tenía más poder del que había imaginado llegar a tener, aun así, no era suficiente todavía. Tenía que ser más fuerte tras cada enfrentamiento con el que se cruzaba.
La imagen de sus hermanos sorprendidos por su llegada le hace ilusión. Hay pocas cosas que tengan un valor dentro de su corazón como lo el que tiene su familia. Sus numerosos hermanos son su adoración y verlos felices uno de sus mayores gozos. ¿Qué tanto habrían cambiado en el último par de años? Teucer debe de haberse convertido en un niño inquieto tal y como lo mencionó Tonia en sus cartas, incluso su querida hermana lo había comparado con él cuando era más chico. Una sonrisa se le había formado al pensar en ello. Había recuerdos de su niñez que atesoraba en su memoria, como las tardes que pasaba haciendo enojar a su madre con sus travesuras, o los días de pesca con su padre a la orilla del mar helado que rodea su pequeño pueblo. Y también está ella, el motivo por el que ha vuelto a casa después de tanto tiempo sin saber de ella. Aquel ángel al que su corazón ha pertenecido desde el momento en el que sus caminos se entrelazaron.
