El amor debería ser un refugio, un hogar, un abrazo en medio de la tormenta. Pero el mío... el mío fue la tormenta. Fue un incendio que me devoró desde adentro, que me dejó en cenizas, y aun así, cada vez que intentaba alejarme, el fuego me llamaba de nuevo.
No sé si esta historia tendrá un final feliz. No sé si encontraré la manera de salir o si, cuando llegue el momento, siquiera querré hacerlo. Porque el amor, cuando se vuelve una obsesión, se convierte en una prisión de la que no puedes escapar, aunque la puerta esté abierta de par en par.
Esta historia no es dulce, no es tierna, no es de esas que te hacen suspirar y creer en los cuentos de hadas. No, esta es una historia cruda, intensa, peligrosa. Una historia de deseo, de vértigo, de noches sin dormir y de días en los que el corazón se acelera por las razones equivocadas.
Él apareció en mi vida sin avisar, como una tormenta que llega en pleno verano, inesperada y violenta. No tuve tiempo de prepararme, ni de protegerme. Simplemente lo vi, y en ese instante, todo cambió.
Al principio, fue como cualquier historia. Sonrisas robadas, miradas que duraban un poco más de lo normal, mensajes que llegaban a horas en las que nadie más escribía. Pero lo nuestro nunca fue normal. Desde el primer momento, hubo algo oscuro en él, algo que me advertía que no debía acercarme demasiado. Y, sin embargo, lo hice.
No pude evitarlo.
Su presencia era adictiva. Su forma de hablar, de moverse, de mirarme... Me hacía sentir como si el mundo entero se detuviera y solo quedáramos él y yo. Pero no era amor. No de la forma en que la gente suele describirlo. Era algo más. Algo que dolía, algo que ardía, algo que me desgarraba el alma y me hacía querer más al mismo tiempo.
Dicen que el amor puede salvarte, pero el mío me estaba destruyendo.
Cada vez que me alejaba, él encontraba la manera de hacerme volver. A veces con dulzura, con palabras que sonaban a promesas que nunca se cumplirían. Otras veces con indiferencia, con la frialdad de quien sabe que tiene poder sobre ti y disfruta viéndote suplicar por una migaja de atención.
Y lo peor de todo... es que funcionaba.
No sé cuántas veces me prometí a mí misma que sería la última vez. Que no volvería a responder. Que borraría su número, su voz, su olor, su rastro en mi piel. Pero siempre terminaba cayendo, como una mariposa que sabe que la llama la matará y aun así se acerca, hipnotizada por su luz.
El amor no debería hacerte sentir así. No debería hacerte dudar de ti misma, no debería romperte y hacerte pedazos solo para luego recogerte y hacerte creer que sin él no eres nada.
Pero así era nuestro amor. Un juego de poder, un tira y afloja en el que siempre terminaba perdiendo.
Lo peor de todo es que, incluso ahora, mientras escribo estas palabras, aún no sé si quiero soltarlo.
Aún no sé si, después de todo, sigo prefiriendo arder en su fuego antes que enfrentar el frío de su ausencia.
Y esta es mi historia.

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Atrapada en ti
RomanceAtrapada en Ti Montgomery Academy: un mundo de poder, prestigio y secretos. Hayley Ashford nunca fue el centro de atención, a pesar de pertenecer a una de las familias más influyentes. Pero todo cambia cuando regresa del internado y entra en la órbi...