•CAPÍTULO 19•

1.9K 143 4
                                    

CONNOR

De alguna manera logré salir de la casa de Louise por la maldita ventana sin romperme el cuello. Es verdad que soy ágil pero no es sencillo lanzarse de un segundo piso con un árbol como única ayuda. Además, apenas llegué a mi casa me di cuenta de que no tenía mi teléfono celular en el bolsillo de mi pantalón, y es por eso que le envié un mensaje a Dean del celular de Cecily, diciendo que lo veía en dos horas en el centro comercial.

Necesito recuperar mi teléfono y de paso hablar con Louise sobre lo que sea que esté sucediendo entre nosotros, ya que esta mañana no tuvimos la oportunidad de hacerlo porque ella literalmente me saco por la ventana de su casa.

De todas maneras, no voy a permitir que la próxima vez que hablemos me salga con esa mierda de fue un error, porque lo de anoche no fue un error, lo de anoche fue asombroso y ella no podrá negarlo porque solo sería una gran mentirosa. Yo sé lo que sentí anoche y sé que ella sintió exactamente lo mismo. Por supuesto será una conversación interesante y es seguro pensar que tendremos que desenterrar un montón de mierda vieja, pero hace mucho que tendríamos que haber echo eso.

Salgo de mi auto y cierro la puerta con seguro después de ver a Dean llegar y estacionar su Audi azul del año al lado del mío en el parqueo del centro comercial.

—Te dije dos horas, no dos horas y... —reviso el reloj en mi muñeca— diez minutos —me quejo, mientras él cierra la puerta de su auto de forma muy tranquila y se coloca sus lentes de sol.

—¿Desde cuándo usas reloj?

—Perdí mi teléfono —respondo.

—Quieres decirme, ¿qué mierda hacemos aquí?

—No, solo camina.

—¿Enserio, Connor? —camina de espaldas para verme de frente—. ¿Eso es todo lo que dirás?

—Solo vinimos al maldito centro comercial, ¿por qué eso parece ser un problema para ti? —me paso una mano por la cara.

—Estas de mal humor —hace algún tipo de sonido irritante con su boca.

—Honestamente no se para que te dije que vinieras si podía hacer esto por mi cuenta.

—¿Hacer qué? —vuelve a preguntar—. Solo quiero entender porque razón estoy aquí y no tomando una puta cerveza en la piscina de mi casa o divirtiéndome con alguna chica.

—Necesitas dejar de divertirte tanto con chicas.

Y lo digo enserio.

Dean se volvió un adicto al sexo después de todo el enorme desastre que ocurrió con su familia hace un año y medio. Esa fue su manera de lidiar con todo el caos que ocurría a su alrededor. Todo el caos que el mismo provocó y que solo estaba dispuesto a ignorar.

Porque así es Dean, el huye de sus problemas y nunca los enfrenta.

Siendo el sensato de nosotros dos decido que lo mejor es ignorar a mi mejor amigo y prefiero prestar atención a todo a mi alrededor, para buscar a una pequeña chica a la que tampoco le gusta enfrentar las situaciones que se vuelven incomodas o difíciles.

—¿A quién estás buscando? —pregunta mi molesto amigo estrechando su mirada en mi dirección.

—A nadie —continúo buscando.

—¿Es a Meghan?

¿Por qué mierda todo el mundo piensa que sigo interesado en Meghan?

—No.

—Si me dijeras a quien buscas te podría ayudar y terminaríamos con esto mucho más rápido —juega con las llaves de su auto—. Dos mentes son mejor que una, ¿alguna vez has escuchado eso?

Perfectos OpuestosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora