•CAPÍTULO 12•

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CONNOR

Me llevo una uva verde a la boca y sonrío con suficiencia cuando veo la respuesta de Louise en mi celular.

Sabía que al final ella estaría de acuerdo conmigo, pero pensé que sería mucho más difícil convencerla. Se muy bien que puede ser terca, cuando cree tener la razón.

Además, el viernes por la noche, las cosas no terminaron muy bien entre nosotros. Yo estuve todo el fin de semana de muy mal humor porque ella llamó a nuestro beso un maldito error y en consecuencia a eso fui un imbécil con ella en la mañana mientras me ayudaba con matemáticas, y es por lo que pensé que no sería tan fácil convencerla de ayudarme fuera del horario escolar. Ya que seamos honestos, no merezco la maldita bondad de su corazón.

—¿Qué significa esa sonrisa en tu hermoso rostro?

Miro hacia arriba y me encuentro con la dulce mirada de mi madre. Ella me da un beso en la cabeza cuando pasa por mi lado, luego llena un vaso con agua y se sienta a mi lado.

—Es solo mi sonrisa habitual —digo.

—¿Es por alguna chica? —me roba una uva—. ¿Tal vez se trata de Meghan?

Resoplo. —Meghan ya es historia, mamá.

—Pero si hace solo unos días estabas bastante decidió en recuperarla.

Es verdad, hace unos días le pedí ayuda y algunos consejos a mi madre sobre cómo recuperar a una chica. Ella me dio un montón de ideas cursis que no van conmigo, por lo que mejor decidí no escucharla y hacerlo más a mi modo. Fue entonces cuando descubrí que los celos ya no funcionan con Meghan y pasearme por la escuela con un montón de chicas diferentes cada día, no la traería de vuelta.

La realidad es que los celos tampoco funcionaban conmigo últimamente, no sé en qué momento dejó de importarme lo que ella hacía. Tampoco sé cómo no me di cuenta antes que estábamos juntos, sin realmente estarlo.

En estos últimos días Meghan era algo así como mi amiga más cercana, o mejor dicho única amiga mujer y definitivamente no una novia. Y sobre todo teniendo en cuenta que ya ni siquiera estábamos haciendo la parte divertida en una relación, y sí estoy hablando del sexo.

Me encojo de hombros. —Se que eso no es lo que quiero ahora.

—Pero ella es una chica muy linda y también es muy agradable.

—Creo que papá no piensa lo mismo que tú.

—Tu papá —me apunta con un dedo—, solo quiere lo mejor para ti, por lo que es exigente con muchas cosas. Y es también eso lo que muchas veces lo lleva a parecer un gran imbécil.

—No lo parece, es un gran imbécil.

Me fulmina con la mirada. —No hables así de tu padre, siempre debes respetarlo.

Niego con la cabeza. —No sé cómo es que aún me sigue sorprendiendo que lo defiendas.

—Connor —regaña o al menos lo intenta—, no seas grosero.

—¿Yo soy grosero? —pregunto.

—¿Quieres contarme algo?

Levanto una ceja en dirección a su brazo ligeramente morado. Su intento de cubrirlo con blusas que tienen mangas es ridículo . —¿Tú quieres contarme algo?

Se encoge de hombros. —No lo creo, no ha pasado mucho en mi vida últimamente.

—Cecily y yo, ya no somos unos niños nos damos cuenta de todo lo que sucede en esta casa —aprieto mi mandíbula una y otra vez—. Por ningún motivo necesitas vivir una situación de mierda y mucho menos si la razón por la que vives así de mal somos nosotros. Ya no necesitas protegernos de nada ni de nadie, ni tomar decisiones pensando en lo que es mejor para nosotros.

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