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Pasó otro día y Saint seguía esperando a que su médico le diera autorización para irse a casa. No podía hacer nada aparte de sentarse, leer notas, lo que solo sucede cuando Zee no está porque no quiere que estrese su mente todavía, pero su mente no puede evitarlo. Está aburrido y ya quiere irse a casa. Sintió que extendió su licencia en la escuela, y es demasiado para los tres días que regresó. Actualmente, está solo en su habitación, ya que Zee y los niños están llenos con sus clases, y su abuela y la Sra. Panich se fueron a almorzar. Está ocupado leyendo notas cuando su puerta chirrió exponiendo a dos personas que no reconoció pero que no siente ningún daño contra ellas.

'¿Sí?', preguntó tomando sus notas.

'Oh, hola, Saint', uno de ellos lo miró preocupado.

'¿Te conozco?', preguntó Saint.

'Uhm, en realidad... nosotros... nosotros fuimos los que te golpearon', respondió el hombre. Saint se reclinó dejando escapar un suspiro.

'Ah, sí... mis amigos también me hablaron de ti... uhm, está bien, no voy a demandarte, todo es un accidente...', Saint continuó hablando...

'¿Cómo estás?', preguntó la mujer, caminando hacia él.

'Ah, estoy bien ahora.',

'Eso es un alivio', sonrió. 'Lamentamos mucho lo sucedido. Sabemos que casi te costamos la vida, pero aún así todo lo que podemos hacer es disculparnos. Saint sonrió y asintió.

'No te guardo rencor, P..', Saint los miró..

'Ana', respondió la mujer.

'James', respondió entonces el hombre.

'P'Ana, P'James. Aunque sí, sucedió, pero gracias por no dejarme atrás en ese camino frío', Saint les aseguró dándoles la sonrisa más dulce que pudo dar. 'Estoy realmente desesperado buscar ese momento.'

'Gracias, estamos realmente preocupados. Sufriste mucho',

'Estoy bien ahora, P',

'Por favor, háganos saber lo que necesite, es lo mínimo que podemos hacer', agregó.

'Gracias',

'No hace falta que nos lo agradezcas, es culpa nuestra que estés aquí',

'En serio, no guardo rencor', Saint se rió entre dientes, la pareja le sonrió.

'Ojalá nuestro hijo fuera tan amable como tú',

'¿Tienes un hijo?',

'Sí, aquí en mi barriga', la mujer le acarició el estómago.

'Wow, felicidades...', los ojos de Saint brillaron. '... No le causé nada a tu hijo, ¿verdad?',

'No, él está bien. Estamos planeando ponerle su nombre...', los ojos de Saint se abren como platos. El hombre asintió.

'¿En serio?', gimió Saint cuando de repente se golpeó el pecho.

'Cuidado', Saint se rió.

'Oh, Dios mío, estoy tan feliz, es la primera vez que alguien le pondría a su hijo mi nombre, pero ¿por qué?',

'Hm, en realidad me gusta tu nombre, y eres lindo y amable, por eso quiero ponerle tu nombre',

'Wow..' los tres continuaron hablando hasta que tuvieron que irse una hora después. Saint está feliz y no pudo ocultar su sonrisa. Es hasta que recibió un mensaje de alguien que no está listo para conocer.

JENNIE: Encontrémonos. Estoy en la azotea.

Saint luchó consigo mismo si iría allí o no.

JENNIE: Hablemos, después de esto ya no te molesto.

Todavía TuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora