8:45 AM.
sábado 11 de mayo, finales del 2020.
El clima no era tan bueno ese día, mucho menos era normal para una mañana como esa, el aire era frío, la brisa húmeda y el color azul claro que daba color al cielo no estaba, en cambio un color moribundo opacaba el cálido azul, las nubes blancas y brillantes eran pálidas, como si estuvieran enfermas y el sol, aquella bola gigante de gases y calor se ocultaba por algún lugar queriendo mantener su calidez sólo para él por ese día; irónicamente él, quién siempre le reclamaba al sol por hacerse más fuerte cuando él debía hacer algo que implicará salir de casa lo echaba de menos, no, no es que el sol fuese algo así como su enemigo mortal, tan sólo no le gustaban los días tan calurosos, y debía dejar de pensar en boberías como aquella y disparar de manera rápida, sus dedos ya se sentían entumecidos ante el poco movimiento.
–Carajo.
Soltó en un gruñido, su pierna había sido golpeada brutalmente por la pequeña bola de pintura rosa que manchaba su pantalón, era nuevo, demonios pensó para él mismo, pues la prenda era nueva, una vez más, volvió a pensar en cosas absurdas, estaba distraído, y él lo sabía, sabía que andaba por las nubes, o al menos cerca de ellas, la pistola nunca abandonó sus manos y tampoco la precisión, pensar en cosas como aquella no era tan malo en casos así, pues tuvo oportunidad de fijar su objetivo, aquel idiota de la clase b, dos años mayor que él, bromista sin chiste y con una personalidad más o menos de mierda, pero buen muchacho, se conocieron un año atrás, cuando Kyungsoo le reventó la boca de un puñetazo por accidente con una lata de pintura acrílica que no pago, porque ¡ese imbécil se lo merecía! nadie miraba con esos ojos asquerosos a su madre, menos aquel idiota que más tarde sería algo así como un amigo de turno respetuoso, (no quería un diente o hueso roto ésta vez)
–Te tengo, pequeña rata.
Su sonrisa era cínica y llena de diversión, la mira en el punto fijo, su objetivo estaba quieto y miraba para todas partes, parecía un bebé asustado, como Bambi, pero más feo y sin gracia. También podría decir que hasta más animal, bien, su oportunidad estaba sobre la cima, no, no desperdició ni un segundo más, fijo la vista de forma rápida, su dedo sobre el gatillo en un constante tira y afloja, sus labios en una fina línea recta a causa de su concentración, un respiro hondo y lento; uno, la exhalación fué suave, liberando un poco de su propio estrés, dos, su entrecejo se frunció aún más, y ni siquiera llegó al tres, pues su índice presionó sin duda alguna el gatillo, ¡kaabom! el objetivo fue eliminado con éxito.
–Toma esa, pequeña perra.
Cobrar venganza contra Yoo IlHoon en una mañana sombría como esa fue la sensación más placentera de su vida, al menos el ambiente se acoplaba a la situación de manera cómica ante todo, 8:59 y aún varios de ambos equipos seguían con medio espíritu en la cama caliente, aunque sus cuerpos temblorosos por el clima frío tan repentino dijeran lo contrario, el equipo azul fue el que más disparos recibió, claro, el azul, al que él pertenencia también, se llevó los suyos, ególatras de no haber sido los únicos que terminarian con feos moretones al ser unos más que otros, aunque al final terminaron victoriosos gracias a los disparos consecutivos debajo de la nuca, (cortesía de Do) la bandera de color naranja que gritaba por todos lados "mírame bien que estoy aquí", se postraba del lado azul, y así mismo como la sensación de victoria y alegría se sentía tan viva entre ellos, comenzó a hacerse presente otra sensación al toque de la alarma. Siempre odio esa maldita cosa, el sonido que emitían los altavoces era horrible, y ponía los pelos de punta, el aviso dado fue extraño, de los diez chicos metidos en el campo de paintball en esa mañana ninguno presto verdadera atención, ¿se había escapado un reo, o porqué tanto alboroto? las caras de todos mostraban confusión, y en el pecho de Kyungsoo, comenzaba a formarse un extraño nudo de incertidumbre y miedo, ¿por qué era eso? Vamos, a él no le importaban esos anuncios que soltaba el gobierno, ¿quién iba a hacer caso a un "Estimados ciudadanos, de manera urgente les pedimos que regresen a sus casas y no salgan, tomen provisiones para sobrevivir como, agua, comida de manera rápida, y recuerden, no salgan de sus hogares por nada, mantenganse seguros" la voz de la mujer emitía desesperación, miedo, las palabras mal pronunciadas y el tartamudeo, la prisa que llevaba al hablar, como si algo la vigilará. Blasfemias, ¿cómo tomar enserio algo así? ¿qué eran, una mala parodia de alguna película americana? No, no lo eran, era hilarante, toda la situación que se encontraron afuera, pues en esos pocos minutos que duraba el anuncio el encargado les dijo amablemente que salieran y se pusieran seguros, aunque su tono intento ser despreocupado, la ansiedad lograba filtrarse por cada palabra que abandonaba la boca del hombre, ni Kyungsoo ni los demás hicieron caso no con la amable sonrisa que el tipo del campo de paintball les ofrecía. La situación afuera del campo era simplemente bizarra, las personas corrían de un lado a otro tan cómicamente que le causaban risa, los carritos llenos de comida, la cara de pánico que otros tenían como si fuese su fase de día a día, las calles llenas de gente cuando a las nueve con quince de la mañana por lo general nadie salía, bien, eso ya era un poco extraño, pero nuevamente, no tomo importancia de la situación. Los saqueos a las tiendas de víveres no tardaron mucho en llegar, lo que le causó aún más gracia, mientras unos salían con carritos cargados de comida para poco más de dos meses, otros tantos salían con cosas electrónicas como si de ello dependiera su vida, los humanos eran una cosa tan graciosa para el reino celestial o lo que sea que exista, pensaba siempre Kyungsoo; las cosas hubieran seguido normales si no fuese por las llamadas, todos y cada uno de los acompañantes de Do la recibieron, eran sus madres que preocupadas les pedían volver, ponerse a salvó, no exponerse, Kyungsoo pensó qué sería sentir eso de nuevo de parte de sus progenitores, los biológicos, más se guardó eso una vez más, como siempre hacía, con un choque de puños se despidieron, quedando así un pensativo Kyungsoo a mitad de la calle, aún observando a los transeúntes desesperados.
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the apocalypse of the dead
FanficKyungsoo no sabe cómo comenzó todo esto, ni de quién fue la culpa, ni como llego el virus a las calles, lo que sí sabe es que está solo y que debe sobrevivir cueste lo que cueste. •Portada hecha por @xUnaPersonax