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"¡Atención, todo mundo!"

Una de las chicas que atendía la taberna sacudió la campana que llevaba consigo, llamando el foco de atención de todos los hombres tiranos y jóvenes en camino a ello que estaban en el lugar.

"Escuchen atentamente. En nombre de la Federación Nacional de Cazadores de Tesoros y Piratas..." desenvolvió el pergamino que tenía en su mano e inhaló para decir "¡Oficialmente el concurso anual del mejor pirata ha sido abierto!"

De inmediato, todos dejaron sus asientos para celebrar, hubo bullicio sin pensar y gritos de alegría por parte de los piratas y capitanes, quienes chocaron sus vasos de cerveza, sidra y licor entre sí.

Unos cuantos no aguantaron más y abandonaron rápidamente la taberna, tirando una que otra mesa, no pagando sus bebidas o dejando el dinero tirado a la suerte para salir en busca de un tesoro que sea lo suficientemente importante y grande como para ganar un lugar en el podio de la competencia.

Las reglas en general no eran demasiado importantes, ya que ninguno de los piratas tiranos que participaba en aquel concurso las cumplía, sin embargo, había una única regla intachable que en absoluto todos respetaba:

No dañar ni mucho menos reclamar algún ser mítico como trofeo para ganar.

Podían inclusive robar hasta la corona de la reina Isabel con tal de ganar el concurso, pero en definitiva la caza de estos seres era ilegal y castigada.

Si llegado el caso, cierto pirata incumpliera dicha regla sería desterrado de su villa, se le sería quitado su título como pirata o capitán o incluso podría llevarlo a la muerte, dependiendo del daño que le haya hecho a la criatura, claro.

Estos seres eran muy respetados, aunque existía uno que otro malnacido que se pasaban aquello por donde no le llegaba el sol y los cazaban para comer su carne, explotar a la especie o mostrar sus cadáveres como ganancia, pero siempre eran detenidos y castigados de la misma forma.

La taberna en cuestión de segundos quedó vacía a comparación de hace unos minutos, algunos ancianos retirados seguían bebiendo y al fondo del negocio, una tripulación permanecía aún sentada.

"Se ve tranquilo, capitán." comentó el chico de piel acanelada frente a él.

"Lo estoy, Timón."

"¿No le preocupa que alguien más gane?" preguntó otro chico de su tripulación.

"Para nada, ese montón de sabandijas no harán más que perder el tiempo." soltó, tomando un último trago a su cerveza antes de levantarse.

"¿A dónde irá?" cuestionó una chica rubia, también de su tripulación.

"A volver a ganar por cuarto año consecutivo esta payasada." aclaró su garganta "¡Andando, banda de holgazanes!

"¡Sí, capitán Jeon!"

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Una historia que publiqué el año pasado, ahora está de vuelta.

Espero les guste 💕

(No olvides dejar tu voto)

Triton On Vue! || [ °Taekook° ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora