Capitulo 9

172 19 5
                                    

Ángela dio vueltas y vueltas durante demasiado tiempo, sobrecalentada e inquieta. El sofá era lo suficientemente cómodo, y exhausta como estaba por el estrés físico y emocional de la última semana, debería haber estado inconsciente en el momento en que su cabeza tocó la almohada. En cambio, su mente se llenó de pensamientos estresantes, imágenes y recuerdos de los que no podía librarse, y una necesidad desesperada de contacto.

Si esa necesidad hubiera sido provocada solo por su deseo por Fareeha, habría sido incómodo, pero soportable. Eso, ella podría haberlo pasado por alto e ignorado, por incómodo que fuera. Pero eran los pensamientos sobre Moreno los que la atormentaban, todas las veces que el horrible hombre había tratado de imponer su voluntad sobre ella, y ella apenas se había resistido. Un día más, y Ángela no estaba segura de haber podido aguantar más. Quería, necesitaba , consuelo y tranquilidad de que todavía estaba a salvo, aún libre, y solo una persona podía dárselo. La persona que, sin saberlo, la había ayudado a mantenerse libre en primer lugar.

Más que eso, Moreno le había negado cualquier toque, tratando de hacerla estar lo suficientemente desesperada para aceptar voluntariamente el contacto de él como su única fuente de alivio. El deseo de contacto era más fuerte para un beta que para un alfa, y exponencialmente para un omega. Por lo general, Angela se las arreglaba con el contacto de sus pacientes ABO, pero no era suficiente para satisfacerla de verdad. Significaba que siempre estaba flotando justo al borde del hambre táctil, e incluso un corto período de tiempo sin ello podría llevarla al límite.
----------------------------------------------------------------
N.T: cuando Ángela se refiere a " deseo de contacto" no esta hablando del sexo, sino de literalmente la sensación del tacto con otra persona.
--------------------------------------------------------------

Había sobrevivido esa semana al recordar los años de agonía que sufrió Genji antes de que alguien se diera cuenta de que el cyborg era un Alfa. Combinado con su disgusto al pensar en el toque de Moreno y la protección de su vínculo parcial con Fareeha, había sido suficiente para resistir el deseo.

Ahora había una fuente segura de contacto a solo unos metros de distancia, la Alfa cuyo toque deseaba más en todo el mundo. El breve sabor que había tenido antes, cuando calmaba a Fareeha de su ira Alfa, no fue suficiente. Gimiendo, Ángela se acurrucó sobre sí misma y se cubrió con la manta. Sabía que eventualmente tendría que pedirle más caricias a Fareeha, pero había planeado hacerlo de una manera más controlada, cuando ambas estuvieran completamente vestidas y en un ambiente menos íntimo que compartiendo una cama. Seguramente podría dejar pasar la noche, incluso si eso significaba que no pudiera dormir.

Excepto que Fareeha se levantaba temprano y tendría que presentarse de inmediato. Todavía estaba cumpliendo con sus deberes además de tratar de defender la libertad de Angela con sus superiores, dedicando más horas de lo habitual, y Angela sospechaba que la alfa era una especie de adicta al trabajo para empezar. No tendría tiempo en la mañana, lo que significaba que Angela tendría que esperar hasta la noche cuando la Alfa regresara a casa antes de poder pedir contacto.

Finalmente se vio obligada a admitir la derrota. Angela se envolvió la manta sobre los hombros, se deslizó por la sala de estar y llamó suavemente a la puerta del dormitorio. No se sorprendió cuando Fareeha respondió de inmediato, claramente incapaz de dormir también. --"¿Ángel? ¿Todo bien?"--

Como la respuesta no incluía una invitación para entrar, Angela se quedó mirando la puerta, retorciendo las manos. --"Yo..."-- Respirando profundamente, se obligó a decir las palabras. --"Por favor, no lo tomes a mal, y lamento mucho que esto te lo ponga más difícil, pero yo... realmente necesito un poco de contacto ahora mismo."--

Fareeha murmuró una palabra, una que Ángela había escuchado a menudo de los refugiados y que asumió como una grosería. Luego, la puerta se abrió y Fareeha extendió la mano para abrazar a Ángela con fuerza. Como no esperaba una respuesta tan rápida y directa, Angela jadeó, lo que por supuesto llenó sus pulmones con el aroma Alfa de Fareeha. Cada instinto en ella gritaba 'seguro' y 'hogar', y Angela se derritió contra su Alfa con un sollozo apenas ahogado.

Un lugar para volver a casaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora