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  El primero en abrir sus ojos había sido Law, acostumbrado a madrugar y con el sonido de su alarma resonar por la oscura habitación. Se quejó entre sueños buscando el aparato para callarlo y volver a los cálidos brazos de Sanji. Suspiró enterrando su rostro entre su pecho desnudo y enredando sus piernas con las suyas.

  Habían estado tan ocupados anoche que había olvidado por completo apagar las alarmas, por eso cuando la segunda de ellas sonó gruño no queriendo moverse.

  —Law... —murmuró el rubio entre sueños—. Apaga la maldita alarma.

  El moreno reprimió una sonrisa y volvió a salir de la comodidad de los brazos del rubio para pagarla y esta vez ser abrazado por Sanji, apoyando su cabeza en su pecho. Law volvió a conciliar el sueño sin soñar nada realmente hasta ser despertado por una sutil patada de su esposo acompañado gritos y ladridos.

  Pudo notar la luz del sol calar por la ventana que por suerte las blancas cortinas estaban cerradas y se sentó en el suelo frío de madera congelado su trasero desnudo. Vio al rubio moverse rápidamente vistiendo solo unos bóxers azules y su camisa de vestir completamente abierta, y a Bepo jadear y saltar tras el alterado rubio.

  —¡¿Qué haces aún en el suelo?! ¡Vas tres horas tarde! —vio a Sanji perderse en el baño y lo tomó como una oportunidad de levantarse y buscar a tientas su ropa interior.

  Se sentó en el borde de la cama y sonrió hacia Bepo que buscaba cariño y lamia su mano lleno de emoción. Sanji salió minutos después, con su cabello arreglado y el olor a crema de afeitar y perfume desprendiendo de él, el rubio se detuvo al ver a su esposo jugar con el cachorro y aunque la imagen que estaba viendo era tan tierna como sensual, Law estaba demasiado atrasado.

  El moreno sintió su mirada en su nuca y se levantó para acercarse a el rubio, alzando su barbilla besó sus labios tan apasionadamente que Sanji jadeó sintiendo sus piernas temblar. Puso sus manos en su tatuado pecho con la intención de empujarlo pero al sentir su lengua adentrarse en su boca y sus grandes manos en su cintura, terminó por rodear su cuello con ellas.

  —L-Law, en serio —intentó decir Sanji entre besos—. Corazón va a matarte.

  —Estoy libre hoy. —informó el moreno pasando sus besos por su mentón y cuello, mordiendo en el mismo sitio que horas atrás había mordido, intensificando la rojiza marca que se tornaba púrpura.

  —¿Eh? —Sanji se quejó por la mordida pero enredó sus dedos en el cabello de su nuca y jaló lo suficientemente fuerte para hacer gruñir a su esposo—. Me hubiera avisado antes.

  —No podía.

  —¿Por qué? —preguntó confundido el rubio, Law salió de su cuello luego de besar la zona que sus dientes marcaban y sonrió burlonamente a su pareja.

  —Estaba ocupado con tu trasero en mi rostro.

  Sanji sintió sonrojarse desde su cuello hasta las orejas y empujó al moreno avergonzado para caminar hasta su lado de la cama. Pudo oír la suave risa del azabache adentrarse en el baño para segundos después oír el agua caer de la ducha. Un pequeño gemido llamó la atención del rubio y Bepo lo miraba con su cabeza un poco inclinada.

  —Tu no viste nada. —señaló entrecerrando sus ojos aún sintiendo la vergüenza presente y el picor de sus labios y cuello—. Maldito cirujano.

  Sanji se fue rumbo a la cocina para comenzar a preparar el desayuno sencillo pero delicioso, mientras que Law salía del baño para comenzar a vestirse con solo un short deportivo.

  —Te agradezco mucho, hermosa Cosette. —escucho decir al rubio cuando llego a la cocina, y se detuvo un segundo para admirar las largas piernas de Sanji—. No te preocupes, hablaré con él más tarde. —Law se le acercó posando su mano en su cadera y mirar lo que él rubio hacía mientras hablaba por teléfono—. Descuida, te veo mañana. Ten lindo día, preciosa.

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⏰ Última actualización: Jul 15, 2022 ⏰

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