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Comenzado el atardecer de la hermosa cuidad de Francia un feliz matrimonio se encontraba admirándolo desde la altura de la azotea de su hogar. Uno abrazaba el cuerpo del otro debido al frío comenzaba hacer mientras que el otro recostaba su cabeza en su pecho lleno de tranquilidad.

Trafalgar D. Water Law y Vinsmoke Sanji estaban felizmente casados, cumpliendo ese día su tercer año de matrimonio. A pesar de que a Sanji se le conocía por ser un hombre romántico, había decidido estar en el calor de su hogar que salir a cenar en algún famoso restaurante. En cambio a Law, siendo un hombre callado y tranquilo había planificado una pequeña cena en su hogar que, usando las enseñanzas de su esposo; había logrado hacer.

Ambos habían cenado y bebido vino hecho por el mismo Sanji, conversaban de cosas al azar y reían entre besos compartidos. Se amaban linda y puramente, y en sus mentes no podían dejar de pensar en lo felices que estaban ahora, en lo calmado que estaban sus corazones. Llenos de aquel sentimiento complementario, dos mitades que al unirlas encajaban perfectamente.

Eran almas gemelas.

Ambos decidieron recoger las cosas para entrar al calor de la casa cuando el último rayo de sol se perdió entre el horizonte y al ver las primeras estrellas brillar, el frío se intensificó. Limpiaron y ordenaron todo entre las burlas del rubio hacia el moreno por la cena que había preparado.

—Me sorprendiste de verdad. —le sonrió Sanji, envolviendo su cuerpo con sus brazos mientras que Law terminaba de limpiar los últimos cubiertos—. No puedo imaginar tus manos preparar una deliciosa pasta boloñesa. —se burló un poco, sintió el pecho de Law gruñir levemente—. Pero estuvo delicioso, cariño.

—¿De verdad? —aún de espalda, el moreno preguntó. Podía sentir la vergüenza en su voz pero poco le importaba mostrarse avergonzado hacia su esposo. Sanji besó su espalda para hacerlo girar segundos después y rodear su cuello con sus brazos.

—De verdad. —ambos quedaron embobados al ver sus sonrisas relucir y el primero en besar los labios del otro fue Law, lenta y suavemente—. No puedo esperar por el postre.

Law rio entre sus labios y se separó mirando aquello grandes y brillantes ojos azules. Acarició sus mejillas hasta su oreja, escondiendo un poco su flequillo tras de esta.

—De hecho, también prepare postre. —murmuró, sintiendo sus mejillas enrojecidas. Se separó del rubio caminado hasta el refrigerador y sacó de él un pequeño postre que si los ojos de Sanji no lo engañaban, era un exquisita tarta de frambuesa.

—No te había ensañado hacer postres. —recordó sorprendido a ver la buena pinta que el dulce tenía, pues el moreno no era muy amante de lo dulce y solo ocasionalmente los preparaba para él.

—Le pedí a Zeff unos consejos. —confesó Law, dejando el postre en la isla para buscar un pequeño cubierto. Sanji no pudo resistirse a untar el dedo en la mermelada de frambuesa y gimió al sentir lo dulce y cítrico de ella.

—Law. —le llamó, el moreno se detuvo para mirar al rubio y comenzó a preocuparse al verle tan serio con el dedo manchado de mermelada.

—¿Qué pasa, amor? —titubeó acercándose con el cubierto en mano—. ¿Está muy mal?

—Pruébalo.

Law suspiró sintiéndose ya derrotado y hundió el cubierto en su postre para llevarlo a su boca. ¿Que podía hacer salido mal? Había seguido al pie de la letra todos lo consejos que Zeff, su suegro, le había dicho por videollamada. Frunció el ceño al sentir la combinación de la ricotta, la masa y la mermelada en su paladar.

—Está... ¿bueno? —dudó tomando otro trozo de tarta y llevándolo a su boca.

—Cariño, esta malditamente delicioso. —Sanji sonrió, untando nuevamente su dedo y deleitándose con su sabor—. Me encanta.

Law suspiró sin haberse dado cuenta en el momento que dejó de respirar y besó los labios manchados de tarta de Sanji. El rubio rió correspondiendo el beso rápidamente y después de unos segundos se separaron por oxígeno. Sanji continuó dándole pequeños besos a sus labios hasta que ambos decidieron acabar con el postre.

En un momento de la noche, Sanji había informado que iba a tomar una ducha dejando al moreno en la sala de estar viendo un documental de animales y sus distintas reacciones primitivas. Suspiró no prestándole mucha atención al programa y buscó su celular. Un mensaje de su padre brillaba en la pantalla y sonrió levemente al leer lo que decía.

>¡Law, hijo! No tienes que preocuparte
por volver mañana. ¡Disfruta
de tu aniversario! Un beso a ambos.
-Corazón.


—¡Law! —el moreno contestó rápidamente a su padre para levantarse en busca del rubio, quien lo llamaba—. ¡Law, ven rápido!

—¡Ya voy!

Llegando a la habitación el moreno se sorprende al ver una caja de regalo sobre la cama. Buscó con la mirada al rubio encontrando solo un poco su rostro tras la puerta del baño escondido, y sonrió.

Law no le llamó y solo se acercó hasta la caja en su cama notando los agujeros en ella. Eran discretos para que no se notaran pero para su vista clínica no pasaban desapercibidos. Frunció el ceño tirando de la cinta al tiempo que las cuatro paredes de cartón cayeron sobre la cama, revelando un dormido pequeño cachorro con un moño en su cuello.

—¡Bepo! —se le oyó lloriquear a Sanji desde el baño, y salió con un leve puchero en sus labios. El pequeño perrito alzó su vista hacia el moreno y luego al rubio, comenzando a menear su cola—. ¡Tenias que saltar sobre él! Lo practicamos.

Law seguía perplejo mirando al pequeño canino levantarse y saltar sobre el rubio para comenzar a lamer su mejilla. Sanji fruncía su ceño pero sonreía ante el cariño del pequeño y miró a su esposo sin reaccionar. Se acercó al moreno con el perrito de blanco pelaje y sonrió.

—Yo... —murmuró el rubio sintiéndose repentinamente nervioso—. Me habías contado sobre, um... tu mascota de niño y de que algún día volverías adoptar a uno. —balbuceó Sanji, mirando a Law que observaba al cachorro en sus brazos—. Dijiste que si lo hacías lo llamarías-

—Bepo... —murmuró Law, sintiendo su corazón latir fuertemente y Sanji suspiró con una sonrisa.

—El es Bepo, cariño. —el perrito comenzó a emocionarse y moverse en los brazos de Sanji para segundos después saltar sobre el moreno y lamer sus mejillas.

—Es hermoso. —sonrió dejándose mimar por el cachorro y miró a su esposo—. Gracias por recordarlo.

—No podría olvidar algo tan importante, tonto. —se acercó para besar sus labios—. Feliz aniversario, Law.

—Feliz aniversario, amor.




















><

¡Ok! Ame escribir cada palabra de este comienzo, adoro mucho este ship y tendrán muchísimo de él a lo largo de esta historia.

Aviso que por el momento la trama en sí será lenta, y sus publicación no serán tan constantes ¡pero prometo tratar de actualizar lo más pronto posible!

También les quería hablar sobre los personajes. No habrán honoríficos, como pudieron ver y el trato entre ellos será así de hermoso como estoy escribiéndolo. Son esposos y se aman.

Sin más que decir, espero que disfruten la lectura y de el comienzo de esta historia.

-Amantifly.

Dear love [En Pausa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora