♥︎ ᵖᵃʳᵗ ᵗʷᵒ: ⁱ ʳᵉᵃˡˡʸ ˡᵒᵛᵉᵈ ʸᵒᵘ ♥︎

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Sunoo, eras tan especial

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Sunoo, eras tan especial. Nunca lo viste, pero eras la persona más brillante que conocí alguna vez. Brillabas con una hermosa luz, tu sonrisa alegraba el día de muchos, especialmente el mío. Eras mi estrella. Siempre me recordabas lo genial que era, yo siempre te decía lo especial que eras para mí. Siempre trataba de decirte lo hermoso que eras, o lo maravilloso que eras; nunca me creíste. Para muchos eras solo "el rarito de las pecas" aquel chico callado e introvertido que tenía miedo de hablar en público, aquel que temblaba cuando exponía trabajos escolares y aquel que se la pasaba solo. Para mi eras mi mundo, un brillante y hermoso mundo lleno de sorpresas y sonrisas amorosas.

Yo siempre te decía que si no fuera por mí, nunca sonreirías, y aún creo que es cierto. La primera vez que te vi sonreír fue en nuestra primera cita, casi seis meses después de haberte hablado por primera vez. Fuimos a ese autocine que siempre quisiste visitar, pero no tenías con quien. La película fue malísima, tú mismo lo dijiste. Verte reír luego de decirlo hizo que mi corazón diera un vuelco. No lo evite y ahí mismo te besé por primera vez. No pude sacarte de mi cabeza nunca más. Pensarte me hacía sonreír.

El día que aceptaste ser mi novio fue el día más feliz de mi corta vida de adolescente. Los besos se hacían más frecuentes y tu cariño se hizo indispensable en mi día, al igual que tú conmigo. Como vivíamos en ese pequeño pueblo de mierda no había nada que hacer, comenzamos a escaparnos en mi auto. Siempre decías que te gustaba porque olía a mi colonia. Yo lo amaba por todas las hermosas memorias que creamos allí. Besos bajo la luna. Intensas miradas en el autocine. Caricias en la playa.

Amaba manejar y que tú pusieras tu estación de radio favorita, esa que pasaba música retro. Bailábamos junto a Madonna o Elvis, nos divertíamos. La carretera era nuestra mejor amiga, ella presenció lo mucho que nos amábamos. La luna era nuestra cómplice, ella era testigo de las noches en las que te hice mío en el asiento trasero.

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