RUNAWAY

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Si no tuviera sus manos firmemente apretadas alrededor del volante el temblor en ellas sería visible.

Tomó una profunda respiración, necesitaba calmarse. Su corazón golpeaba con fuerza dentro de su pecho, como si también estuviera intentando escapar. La voz de Lionel Richie emergía suavemente desde las bocinas de la radio y se perdía en el asiento trasero, en donde descansaba una maleta con sus pertenencias.

Miró su reloj, eran las nueve cuarenta. Ya pasaban diez minutos de la hora acordada. Exhaló y el vaho se arremolinó frente a sus ojos por un fugaz instante.

Echó un vistazo al asiento trasero a través del espejo retrovisor y se preguntó qué pasaría si él no llegaba. Definitivamente tendría que marcharse, pero hacerlo por su cuenta le provocaba terror.

Tal vez pudiera vivir sin nada en el mundo, pero no sin él.

Escuchó pisadas y, sintiendo una mezcla de temor y alivio, se giró para mirar a la persona que se acercaba presurosa.

Era él.

Era Kyungsoo. Corría hacia el auto con una mochila deslizándose de su hombro.

Se apresuró a girar la llave en el contacto y su motor cobró vida con un suave traqueteo. Abrió la puerta del copiloto y un segundo después Kyungsoo se dejó caer en el asiento y cerró con demasiada fuerza, por una vez aquello no le importó.

—¿Qué haces, Jongin? —Kyungsoo exclamó con la respiración agitada al notar que el vehículo no avanzaba—. ¡Vámonos!

Jongin apartó su mirada del labio partido de su novio y se concentró en conducir a toda velocidad fuera del área residencial.

El enojo estaba traspasando su temor. Odiaba verlo herido, odiaba que ese idiota al que llamaba padre pareciera disfrutar con sus crueles castigos. Jongin no lo había visto demasiadas veces, el señor Do era un veterano de guerra, había vuelto de Vietnam con la cabeza dañada y Kyungsoo pagaba por aquello. Esa era una de las razones para escapar.

Jongin suspiró y continuó conduciendo con la vista al frente. Era una noche muy oscura, la luna no asomaba por ningún rincón del cielo y la única iluminación provenía de las luces de su auto y las lámparas de las calles. Hacía un tiempo ambos habían llegado a la conclusión de que escapar al finalizar la secundaria sería lo correcto, pero tal vez fue una decisión precipitada.

▪️ ▪️ ▪️

Cuando por fin se unieron a la interestatal, Kyungsoo soltó un suspiro y dejó de preocuparse por mirar atrás.

Jongin lo observó lanzar su mochila al asiento trasero y encender un cigarrillo.

—¿Te golpeó? —preguntó, sabiendo que era una pregunta estúpida.

Una divertida sonrisa estiró los labios de Kyungsoo, agudizando un poco el dolor. Jongin no sonrió.

—Ser marica está fuera del código militar... creo —Kyungsoo respondió intentando no sonreír más.

—Lo siento —Jongin murmuró.

—¿Qué es lo que sientes? —Kyungsoo preguntó con el ceño fruncido.

—Que... ese loco te golpeara por mi culpa —Jongin respondió sin dejar de mirar al frente.

—No fue tu culpa —Kyungsoo murmuró.

Jongin continuó como si no lo hubiera escuchado.

—Que tengas que dejar todo atrás... no sé si...

Halfway There [Kaisoo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora