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Jungkook era algo así como obsceno, y lo más cómico era que yo era peor.

Fantaseaba todas las noches con tenerlo entre mis piernas, necesitaba que ese chico rudo me viera las bragas y se diera cuenta de lo mucho que lo deseo todos los días.

Jeon era un chico malo, todo el barrio de Itaewon lo conocía por sus malos pasos, además de que tenía pinta de mafioso solo por tener medio cuerpo tatuado y andar en una moto. Pero no era así, Jungkook era la persona más dulce y caliente a la vez que podían conocer.

Yo lo había conocido, era mi puto mejor amigo y solo por eso era excluida y mirada de mala manera, porque era una universitaria pegada de la pata de un mala cabeza, ¿pero me iba a importar lo que opinara la gente específicamente ahora? No lo creo, no era lo mío.

Me preparé lo suficiente esta noche, le di una acomodada a mi apartamento sabiendo que Jungkook vendría, hoy no se iba a escapar, necesitaba de él, necesitaba que dejara de ser mi amigo para que sustituyera mis dedos por su firme polla, deslizándose por mi humedad, eso era lo que necesitaba con urgencia.

Me vestí con un vestido simple, de tirantas y sin sujetador, me hubiera incluso quedado sin bragas, pero ya era mucho descaro de mi parte. Me arreglé el cabello una vez más frente al espejo que había en la puerta cuando sentí el timbre y cuando supe que estaba ya presentable, le abrí.

Su preciosa cara me hizo humedecer de solo verla. Quería besarle, quería tocarle y decirle lo mucho que lo deseaba. Jungkook me sonrió y me guiñó un ojo.

Hora de desmayarse, Kaly, me dije a mi misma, y lo hubiera hecho si no fuera porque necesitaba seguridad en mi misma.

Jeon se acercó a mi, dejó un beso en mi mejilla que me hizo calentarme el doble de lo que ya estaba y entró. Él siempre venía a visitarme los viernes en la noche, sabía que mi vida de universitaria era ocupada y siempre aprovechábamos las noches de estos para ver películas y relajarnos. Pero hoy quería que fuera especial.

—Todo demasiado organizado, ¿pasa algo en especial? —me miró alzando una ceja sentándose en el sofá mientras yo ponía Netflix para sentarme a su lado después.

—Tal vez —lo dejé con la intriga y sentí su risilla detrás de mi.

Una vez que busqué una buena película en el catálogo, me senté a su lado y agarré las palomitas. Me acurruqué a su lado, me encantaba que fuera tan grande, tan fornido, tan calientito y firme. Era el hombre físicamente perfecto para cualquier mujer.

En lo que avanzaba la película, se me ocurrió colocar una de mis manos en su muslo, el simple hecho de sentir sus firmes muslos bajo mi palma me erizaron los pezones y me hicieron humedecer más, sentí a Jungkook retorcerse un poco mientras mi mano comenzaba a subir peligrosamente.

—Kaly... —su voz salió débil, no tenía intención de detenerme —Tienes los pezones duros —comentó.

Yo giré mi rostro hacia él y sus ojos me atravesaron entera, sentí su intensidad y deseo recorrerme hasta que pude ver como sus ojos descendían hasta pegarlos en mis pechos, erizados y duros que se marcaban por el suelto y delicado vestido que había elegido hoy.

—Jungkook... —mencioné su nombre, el brillo en sus ojos cuando volvió a mirarme me cautivó completamente.

—Kaly —volvió a repetir mi nombre en sus labios, yo quería besar esos bultos pequeños color cereza.

—Jungkook... —seguí su juego, porque se estaba acercando cada vez más.

No era exactamente cómoda la situación, con aquella manera que tenía de inmovilizarme. Más bien, era la mirada de un depredador que evalúa a su presa. Así me miraba, así me decía lo mucho que me deseaba en aquellos momentos.

Need to know › jjk [Two Shot] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora