♥︎Final♥︎

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Llegué a casa muerta, los exámenes eran una mierda, lograban consumir todas mis energías completamente. Me cambié a algo más cómoda para acomodar un poco el apartamento como comúnmente hacía últimamente.

Dos horas más tarde mi cocina estaba llena de humo y la alarma antiincendios me lo recordaba a gritos. A un buen volumen, joder. Mi amigo no se había andado con bromas al instalarla. Había notado el olor a quemado diez segundos antes, y ahora era como si una bomba hubiera estallado en mi cocina.

Maldita sea.

Abrí el horno y descubrí que la tarta tenía demasiado relleno. Al subir, había rebosado la masa, goteando hasta el fondo del horno. Agarré un par de trapos, saqué la tarta y la puse a enfriar. Después cerré el horno de golpe y abrí todas las ventanas.

Fue entonces cuando llamaron a la puerta. El corazón se me desbocó… ¿Sería Jungkook? Había mencionado que se pasaría por mi apartamento para probar el pastel, pero no había visto su moto llegar desde mi ventana. Intenté llamarle a casa, pero no recibí respuesta. Asumí que tenía teléfono móvil, pero aunque supiera el número, en el valle era inservible.

—Hola —dije, abriendo la puerta.

Jungkook hizo ese gesto tan suyo: me agarró por la nuca y me acercó para darme un beso largo e intenso que me dejó sin aliento. Cuando finalmente terminó, apoyó su frente en la mía.

—¿Hay algún motivo en particular por el que tu cocina esté ardiendo? Por cierto, huele fenomenal.

Sacudí la cabeza lentamente, encantada al ver que la suya se movía con la mía. Era adorable, el tipo de gesto que esperarías ver en una serie de televisión.

—Se ha desbordado el relleno de la tarta —contesté.

Jungkook se apartó, frunciendo el ceño.

—¿Significa eso que no podré comer un trozo?

—¿Y si te digo que en vez de comer podemos tener una magnífica sesión de sexo?

Sin dejar de fruncir el ceño, levantó una ceja.

—No has contestado a mi pregunta.

Le di un golpe juguetón en el hombro y me dedicó una sonrisa pícara. Tiró de mí para abrazarme y darme un beso en la cabeza.

—Me conformo con el sexo —dijo—. Pero tengo que admitir que lo de la tarta me ha decepcionado.

—No se ha echado a perder. Es solo que algo de relleno se ha quemado en la base del horno. No es la tarta más bonita del mundo, lo sé, pero estará rica. Me la tengo que llevar a casa de mis padres para que la prueben sin duda alguna.

—Son mayores, no se la comerán entera. Tráeme las sobras y sobreviviré. Ahora, pasemos a lo que has dicho sobre el sexo.

Eché una mirada al reloj.

—Disponemos de media hora, más o menos. Luego tengo que irme —dije, con prisa—. Pero primero tengo que limpiar todo esto.

—No hay problema.

Diez minutos más tarde Jungkook me tenía contra la pared de mi ducha diminuta, con una pierna apoyada alrededor de su cadera, y la boca pegada a mi cuello mientras sus dedos me exploraban las zonas más intimas y calientes de mi cuerpo. Una situación estrecha, incómoda y maravillosa, a la vez.

—Dios —gemí—. Es increíble cuánto me gusta esto.

—Y está a punto de mejorar.

De repente, sus manos encontraron mis muslos y me levantó lo justo para deslizar su pene en mi interior. Me llenó, presionando las caderas contra las mías y empujándome contra la pared de la ducha. Debería haber sido doloroso, pero no lo fue. En absoluto. De alguna manera, el momento era perfecto en todos los sentidos. Empezó a moverse y comprendí que la perfección es un estado del ser, no una posición en particular, porque juro que cada segundo era mejor que el anterior. Y así sucesivamente…

Need to know › jjk [Two Shot] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora