Capítulo 44

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Matt.

- ¿Qué mierda quieres con ella?- intenté soltarme de las sogas de forma inútil.

- Eso es información clasificada, amigo.- me guiñó.- Bien, como veo que ninguno ha decidido envenenarse todavía, le permitiré a mi hermanita que use su maletín hasta que alguno decida acabar con el otro.

- Jódete, ella nunca me mataría ni yo tampoco a ella.

- Tendrán que hacerlo, ambos son elementos cruciales.

Yo le hice mala cara y él se alejó con su hermanita por la puerta en que vino. Hope se acercó a _______ y jugó con sus dedos, y logró hacer que _______ reaccionara. Ella estaba confundida al principio, pero luego logró recordar lo que pasaba. Al instante se me ocurrió una idea.

- Oigan, ¿qué es esa segunda puerta?- pregunté a los guardias.

- Es el baño.- respondió uno de ellos mientras fumaba.

________ y yo intercambiamos miradas y luego ella me hizo señas de que Hope podría ser útil en estos momentos. Luego me pidió dejárselo a ella todo.

Espero que ésta vez no ocurra que un grupo de mafiosos nos atrapen y nos vuelvan a encerrar.

Se tomó unos minutos y luego comenzó su plan.

- Señores, no quiero sacarlos de su zona de confort porque parecen muy cómodos, pero necesito ir al baño.- juntó más sus piernas para hacerlo más convincente.

- ¿Puedes aguantarte niñita?- respondió uno.

- No, y creo que ninguno de ustedes quisieran tener olor a orina por horas, ¿o sí?

- Bien.- uno de ellos se acercó y la desató de manos y pies para llevarla al baño. Ella se detuvo a medias de llegar.- ¿Qué pasa?

- ¿Puedo entrar con mi gato? Es sólo una costumbre que tengo, nada más.

- Eso es ridículo.

- Por favor, es inofensivo, ¿no lo ve?

- Bien, que venga el gato.

Ella llamó a Hope por su nombre y él la siguió a dentro del baño.

_______.

El baño era bastante elegante y amplio para ser el baño de las víctimas de la mafia, era tan bonito que si me tomaba un selfie aquí era probable que envidiaran mi ubicación. Era de cabinas, justo lo que necesito.

Entré con Hope a la cabina del fondo y el guardia se quedó en la entrada del baño. Intenté hacer reaccionar a Hope con algo a lo que le llamo "saludo", que no voy a explicar aquí. Cuando terminé, volví a hacer mi evaluación y respondió con lo que yo esperaba que hiciese. Mi Hope ha vuelto.

- Bien, esto es lo que harás.- le susurré.- Saldrás por esa ventana de atrás e irás a casa a buscar ayuda, pero antes, encuentra a otro gato idéntico a ti y has que entre aquí.

Como siguiente, Hope salió y unos segundos después otro gato entró. Revisé que no fuese Hope, lo cual fue fácil y luego salí para seguir con mi encierro.

Ay Dios, déjenme encerrada aquí. Este baño se ha vuelto una parte de mí en pocos segundos.

Volví a mi silla y a las manos y piernas atadas de mi actual costumbre y se hizo un gran silencio. Unos minutos más tarde Matt volvió a quedarse dormido y yo hice lo mismo, después de todo, necesito la energía para escapar y demostrar mis golpes de lucha.

Nos despertamos en lo que no sé si era de noche o mañana debido a la falta de ventanas y mi estómago ya rugía por comida.

- Mierda, justo ahora.- gruñí.

- Es probable que nos den algo de desayunar, tranquila.- dijo Matt.

Y como dijo Matt, la puerta se abrió y Frank apareció con una preciosa bandeja de huevos y tocino.

Tocino...

Mmmm...

Esperen, ¿tocino?

DEBE TENER VENENO.

- Buen día mis pequeños y estúpidos vengadores, ¿Cómo estuvo vuestra primera noche en la estancia?

- Como tu abuela.- respondí cortante.

- Yo intento ser amable, incluso les traje desayuno.

- Que probablemente tiene veneno. No, gracias.

Y mi panza no se calla ni por diez segundos.

- Tu estómago dice lo contrario.

- Di lo que quieras, yo no toco eso ni con la nariz.

- Bien.- se encogió de hombros.- Lo dejo aquí.

Se fue y nos dejó a Matt y a mí solos y con un hermoso olor a huevos y tocino en el aire, pero no es momento de comer, hay que aprovechar que todos están desayunando para planear algo.

Llamé al gato que actuaría como Hope y le pedí que se acercara. No hizo caso hasta después de cinco amenazas y una mención del mal del que se moriría si no nos ayudaba.

Pensé por unos minutos cómo él podría servirnos y tuve la mejor idea de todas. Rodé un poco hacia el plato y tomé unos trozos de tocino. Con muchísima dificultad y algo de paciencia pude envolverlos alrededor de las sogas que envolvían mis muñecas. Llamé de nuevo al gato y él empezó a comer del tocino, y mientras lo hacía, mordía las sogas. Casi estaba completamente desatada hasta que oí los pasos de ambos guardias. Volví a mi puesto y traté de mantener la última fibra de la soga unida para aparentar que todavía estaba atada.

- Veo que uno de ustedes decidió comer.- dijo el guardia.

- Fui yo, pero creo que mi compañero también tiene hambre.- miré a Matt con una insinuación disimulada.

- Oh, ammm...sí, ¿podría acercarme el plato? Es que, bueno, estoy atado.

- Correcto.- le acercó el plato a Matt.

- ¿Y podría darse la vuelta? No me gusta que me observen mientras como.

- Ustedes sí que son raros.- se dio vuelta.

En un movimiento silencioso y más efectivo que el mío, Matt consiguió darse la vuelta para hacer lo mismo que yo. Terminé de quitarme las sogas y luego hice un nudo simple que quitar, sólo para disimular un poco. El guardia volteaba de vez en cuando, pero nosotros fingíamos comerlo todo. Ambos quedamos desatados y el plato quedó vacío.

Esto es lo que deben hacer con un gato inútil que no es Hope.

El guardia retiró el plato y lo puso a su lado. Matt y yo intercambiamos sonrisas de victoria. Minutos después la niña esa apareció con su dichoso y mentado maletín de tortura.

- ¡Es mi hora de juego de la mañana!- exclamó emocionada.- Espero que estén listos para jugar, no me gusta ver a mis juguetes desanimados, eso aburre el juego.

- Yay.- dije con todo el desanimo que alguien puede tener.

- Todavía no quiero jugar con el muchacho, su cabello es lindo pero no me interesa aún.- sacó una jeringa.- Hoy jugaremos a la enfermera, y te inyectaré...¡Drogas!

Ella preparaba mi brazo para la inyección. Intercambié miradas con Matt y justo cuando ella iba a empezar, Matt se abalanzó sobre ella.

It's Like I'm Sleepwalking (Oliver Sykes y _____)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora