"El sistema solar seleccionado está a próximas distancias" dictaba con voz mecanizada el asistente virtual de la nave. "Buscando posibles COL-MENAS aledañas" remató.
Frente a la pantalla de mando estaba Arkell Nova, uno de los miembros humanos de la COL-MENA-1606-2930, especializada en la búsqueda de COLONIAS que no han emitido comunicación desde hace cientos, miles o hasta millones de años.
Arkell Nova es lo más cercano a aquella raza que alguna vez fueron homo sapiens, con apenas modificaciones tecnológicas para potenciar sus sentidos y capacidades cognitivas. La preservación de la raza humana era algo propio de la COLONIA a la que pertenecía su colmena, con estrictas políticas de preservar entre sus filas a miembros lo más "humano" posible. La humanidad ha cambiado muchísimo desde aquella nave que aterrizó en una luna, la exploración espacial ha evolucionado a niveles que ni la conciencia de un humano puro podría entender.
La humanidad en algún punto de su historia se aventuró en el viaje interestelar, entendiendo su pequeñez crearon unas naves que hoy llamamos COL-MENA, inmensos colosos de tamaño de planetas que rondan por el espacio tripuladas por humanos criogenizados, manejados por inteligencias artificiales sofisticadas. Viajan durante millones de años por la galaxia, siendo su objetivo parar en cualquier nave de la que puedan extraer recursos con la que crear más COL-MENA, y al aglomerar un suficiente número de estas naves, forman COLONIAS, similares a los antiguos estados terrícolas.
Si cada COL-MENA te parece grande, siendo la más pequeña de éstas del tamaño de la tierra, es difícil imaginar el de una COLONIA con cientos de estas naves. Cada COLONIA viaja en una posición distinta a sus hermanas, sólo comunicándose con potentes antenas que envían señales de vida que recibirán los demás en millones de años. Todas las COL-MENA tienen la estricta orden de siempre enviar señales de vida y recibirlas por igual, manteniendo un constante monitoreo de la evolución de lo que algún momento fue la humanidad a lo largo del cosmos.
Las COLONIAS tras millones de años han desarrollado sus propias macro-culturas, con estructuras sociales, éticas y políticas que varían en el mayor de los caos posibles. La humanidad se ha diluido, ni el antropólogo más avezado logra definir qué es el humano actualmente. Las discusiones sobre qué es la vida se discuten en millones de universidades intergalácticas, ¿son las naves autorreplicables seres conscientes, se consideran vida? Los cuerpos antropomórficos del ser humano han mutado de tantas formas a lo largo de millones de años en tantas COLONIAS, que ya ni saben cómo denominarse a sí mismos los seres conscientes. "Humanos" del tamaño de ratones, "humanos" del tamaño de gigantes, "humanos" de metal, "humanos" con tentáculos y alas.
La COL-MENA-1606-2930 fue enviada a buscar qué ocurrió con una COLONIA desaparecida hace millones de años en donde, si la misma fue destruida por algún fenómeno espacial -como supernovas, agujeros negros, púlsares, guerras internas-, deberá de sustituirse con otra COL-MENA que expandirá esa área inhabitada del cosmos.
—Se ha encontrado la COL-MENA-2910, perteneciente a la COLONIA-4383 —dicta mecánicamente la IA—, sin aparentes señales de vida en su interior.
—¿Sólo una? —pregunta Arkell, nervioso—.
—Sólo una, señor.
Con sus habilidades cognitivas mejoradas, Arkell percibe en microsegundos un sinfín de palabras que caían en cascada por un monitor. En segundos, le sorprende los datos que recaba sobre la tripulación, de la que no se tiene registro alguno del cómo o el porqué de su destrucción. No para de leerlo una y otra vez, incrédulo. La posibilidad de que una COLONIA completa fuese pulverizada es ínfima, prácticamente imposible. Son miles las naves que andarían por allí flotando, así fuesen como escombros.
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El Acechador Cósmico
Science FictionEn un futuro muy lejano, un ente cósmico acecha a una humanidad que excedió en sus ambiciones de conquistar el universo.